Fallece el descubridor del Toro Ibérico de Monforte del Cid

El hallazgo arqueológico se produjo en 1959 cuando Ginés Ruíz extraía arena con su pala en una rambla próxima al río Vinalopó

Ginés Ruiz Nicolás, el palista que descubrió el Toro Ibérico de Monforte del Cid.

Ginés Ruiz Nicolás, el palista que descubrió el Toro Ibérico de Monforte del Cid. / INFORMACIÓN

Pérez Gil

Pérez Gil

El monfortino Ginés Ruiz Nicolás ha fallecido a los 97 años. A él debe el pueblo de Monforte del Cid el descubrimiento del Toro Ibérico. Un hallazgo que marcó la identidad de esta localidad del Medio Vinalopó. En los próximos días el Ayuntamiento recodará el relato de aquel excepcional descubrimiento en el homenaje que dedicará a este "monfortino ilustre".

Tras ser informada de su fallecimiento la alcaldesa María Dolores Berenguer le ha dedicado unas palabras: "Descansa en paz Ginés Ruiz Nicolás y gracias por tu gran aportación a nuestro pueblo, que te estará eternamente agradecido".

El Toro Ibérico de Monforte del Cid.

El Toro Ibérico de Monforte del Cid. / Elías Seguí

El 21 de marzo de 2007 este diario dedicó un amplio artículo a Ginés Ruiz Nicolás cuando tenía 82 años y una mente muy lúcida:

De haber conocido la relevancia y trascendencia de su descubrimiento, Ginés Ruiz Nicolás no hubiera permitido que los toros ibéricos hubieran salido de Monforte del Cid. Fue en 1959 cuando se produjo el hallazgo que tanta polémica ha generado cincuenta años después al solicitar ahora la alcaldesa, la popular Antonia Cervera, al Consistorio de Elche, que preside el socialista Diego Maciá, la devolución de estos bienes para ser expuestos en la colección museográfica local.

Ginés Ruiz extraía arena con una pala excavadora en una rambla próxima al cauce del Vinalopó cuando empezaron a aparecer esculturas tauromorfas de piedra, cinco enteras y cuatro fragmentadas, que fue apartando en un rincón de la parcela al tratarse de material no apto. Allí permanecieron arrumbadas largos meses junto a otros muchos trozos de cerámica, platos y ollas fundamentalmente.

«Yo no sabía la importancia que tenía aquello y cuando el chófer de un camión que llevaba arena a una obra de Elche me dijo que eran históricas me eché a reír. Me pidió todos los toros, los rotos y los enteros, y mi jefe - Rafael Giménez Pertusa - me dijo que no había ningún problema, que se los llevara, que no valían para nada porque ni siquiera se podían utilizar como bolos para hacer cimientos. Así que se los llevó muy agradecido pero sin pagar ni una sola peseta», recuerda.

El maestro de obra que estaba levantando en Elche la denominada «Casa de la Torre», sita en el número diez de la calle Portell de Granyana, informó al arqueólogo municipal Alejandro Ramos y todo el material trasladado desde Monforte, incluida la escultura de una vaca con atributos de fertilidad, fue depositado en el Museo Municipal Ilicitano autorizando la dirección general de Bellas Artes a que se incorporase a su colección arqueológica.

El descubridor no fue consciente del valor de los restos aparecidos hasta que numerosos expertos y estudiosos procedentes de Elche, Alicante, Novelda y Aspe se dirigieron al Arenero del Vinalopó para investigar el yacimiento arqueológico. Por ese motivo cuando en 1974 desenterró otro toro ibérico, que está actualmente expuesto en la colección museográfica de Monforte del Cid, lo donó al Ayuntamiento. Aquella cesión desinteresada fue gratificada con 5.000 pesetas de la época por acuerdo unánime del pleno. «Enseguida me día cuenta de que esa pieza era más grande que las otras. Estaba a un par de metros bajo tierra y para que el toro saliera intacto me bajé de la pala y me quedé enterrado por la cintura, pero al final lo conseguí», contaba Ginés con satisfacción en el despacho de la alcaldesa.

Ha pasado medio siglo pero no es ajeno al pulso que Antonia Cervera está manteniendo con Diego Maciá para recuperar el patrimonio histórico local. «Yo saqué todos los toros, y todavía viven dos compañeros míos que lo pueden contar, y los toros son de aquí, de Monforte, y aquí es dónde deben estar porque de haber sabido entonces todo lo que ahora sé este pueblo hubiera tenido mucha fama en toda España al poder enseñar a todo el mundo ese tesoro tan grande», afirma mientras observa pensativo una reproducción en miniatura de la pieza, que data del siglo V antes de Cristo.