Los ecologistas de Villena denuncian la pasividad de los gobiernos locales del Vinalopó frente a la "invasión solar"

Exigen a los ayuntamientos que protejan el territorio contra las megaplantas fotovoltaicas mediante estrategias para implantar las energías renovables de forma sostenible y racional - Convocan una manifestación el 1 de abril en Villena

Los paneles solares se extienden destruyendo los olivares del Alto Vinalopó.

Los paneles solares se extienden destruyendo los olivares del Alto Vinalopó. / Axel Alvarez

Pérez Gil

Pérez Gil

La Asociación Salvatierra-Ecologistas en Acción de Villena ha convocado una manifestación el próximo 1 de abril en Villena para denunciar la pasividad de los responsables municipales en la protección del territorio de las comarcas del Vinalopó frente a la implantación de megaplantas solares.

La marcha reivindicativa por una implantación de las energías renovables de forma sostenible, justa y racional partirá a las 12 horas del Recinto Ferial y finalizará a las 13.30 horas con la lectura de un manifiesto en la plaza de Santiago de Villena.

Salvatierra viene denunciando en los medios y a través de alegaciones ante la avalancha de grandes instalaciones fotovoltaicas que supondrán la "ruina ambiental, agrícola y turística" de gran parte del territorio del interior de la provincia de Alicante. Por otro lado, plataformas como la Coordinadora Valenciana por la Ubicación Racional de las Energías Renovables o Stop Plan Solar Vinalopó llevan años trabajando activa y de forma coordinada para denunciar esta situación también en el marco autonómico y comarcal.

Por eso la primera manifestación en Villena supone un hito más en el conjunto de movilizaciones que trata de hacer ver que la ciudadanía valenciana, y en particular la de los valles del Vinalopó, quiere otro modelo de implantación de las energías renovables.

El proceso de información pública de la planta fotovoltaica "Villena-Solar" en el paraje de Peña Rubia ha permitido que multitud de vecinos tomen conciencia real de la magnitud del problema. Aunque el proceso de autorizaciones ya se ha iniciado en algunos casos, los ecologistas creen que todavía hay tiempo de impedir que este "despropósito" siga adelante.

"Con esta manifestación, les pedimos a nuestros políticos que respondan al sentir ciudadano y a los criterios evidentes de sostenibilidad, resiliencia y soberanía. No nos vale, por ejemplo, que el alcalde de Villena difunda en redes sociales que como vecino del paraje de Peña Rubia ha presentado él también una alegación individual al proyecto que le afecta. Queremos que como representante de todos y todas las villeneras utilice todos los recursos en su mano para detener todo este delirante proceso de ruina de nuestro territorio, como están haciendo ejemplarmente otros municipios como Biar", señalan los integrantes de la Asociación Salvatierra-Ecologistas en Acción de Villena.

Una transición energética necesaria

Los convocantes consideran que la transición energética es imparable y necesaria. "Las energías renovables juegan un papel fundamental en esta transición que la mayoría queremos que conduzcan a un mundo más sostenible y más justo. Sin embargo, la implantación descontrolada y desordenada de estas energías renovables, en forma de enormes plantas solares fotovoltaicas o parques eólicos resulta insostenible, injusta e irracional, y sus consecuencias son mucho más graves de lo que nos cuentan".

Por eso defienden otro modelo de implantación de estas tecnologías, alejado del "business as usual", que haga de la transición energética una oportunidad de desarrollo real de las comunidades.

Posición de Salvatierra frente al actual modelo solar

Es insostenible, porque hipoteca parte de nuestro futuro. Degrada o arruina una cantidad gigantesca de nuestro paisaje que contiene la mayor biodiversidad de nuestro término y acaba con la generación de riqueza agrológica y turística.

Es injusta, porque ocurre sin la participación real de la gente, porque promueve la especulación de grandes inversores a la vez que expropia o devalúa las tierras y bienes inmuebles de las personas de Villena (y del resto de territorio afectado en la Comunidad Valenciana). Se acaba con la posibilidad de un desarrollo rural y turístico respetuoso, se pierde actividad económica local y se ataca a nuestro patrimonio social y cultural de nuestros pueblos.

Es irracional, porque nace y se desarrolla sin unos criterios de implantación planificados. No obedece a ninguna estrategia de desarrollo estratégico territorial que cuide nuestra localidad. Responde meramente y a toda costa a una carrera frenética y descontrolada de fondos de inversión internacionales por ocupar los terrenos baratos de nuestro término cerca de subestaciones eléctricas.

Sin embargo el colectivo naturalista considera que sí es posible una implantación de un modelo energético sostenible, justo y racional en el Vinalopó.

Sería sostenible, si acercara la producción y el consumo, si promoviera que las empresas y familias usaran sus propios tejados para producir la energía que necesitan, o bien que nuestro ayuntamiento desarrollara una "comunidad energética local" en cubiertas municipales y terrenos degradados para abastecer a quien no pudiera producir su propia electricidad e incluso verter energía para otros territorios energéticamente deficitarios.

Sería justa, si la producción de la energía estuviera en manos de la gente, empresas locales o su administración local; y su implantación estuviera acordada por todos los agentes implicados o afectados.

Sería racional, si se diseñara y desarrollara a partir de un proceso efectivo de planificación territorial y de estrategia económica (local, autonómica y estatal) en donde la participación de la gente nos hiciera ver que los desafíos del futuro (especialmente el cambio climático y la crisis energética) son de tal magnitud que

Por todo ello, en la manifestación del próximo 1 de abril en Villena los ecologistas pedirán a su gobierno local -PSOE y Los Verdes- y por extensión a los del resto de municipios que lideren, junto con la ciudadanía, un modelo de transición energética coherente que proteja los recursos económicos, agroecológicos y naturales ante la destrucción que va a suponer la invasión de megaplantas fotovoltaicas y los graves impactos en el territorio y las vidas.