Elda recordará al bailarín Antonio Gades con una escultura de bronce

El Ayuntamiento homenajeará al artista eldense para que su memoria perdure junto al Teatro Castelar

Pérez Gil

Pérez Gil

El bailarín y coreógrafo eldense Antonio Gades será recordado en Elda con una estatua que se colocará el próximo miércoles 29 de marzo de 2023, a las 19 horas, junto al Teatro Castelar. Así lo adelantó este diario el pasado 4 de octubre de 2022 tras decidirlo el equipo de gobierno de Rubén Alfaro con el propósito de rendir un homenaje póstumo al artista.

La talla será de bronce y de tamaño real y la concejalía de Cultura que dirige Amado Navalón tiene intención de inaugurarla a principios del próximo año 2023.

El "bailaor", nacido el 14 de noviembre de 1936 en una casa-cueva del monte Bolón de Elda y fallecido el 20 de julio de 2004 en Madrid, es, junto al también desaparecido cantante y actor Pedrito Rico y la recientemente fallecida soprano Ana María Sánchez, el artista más universal de cuantos ha dado la ciudad en su historia reciente. Su padre, albañil de profesión, se trasladó con el Ejército Republicano al frente de Madrid y más tarde lo siguió toda la familia, donde el joven Antonio Esteve Ródenas -Antonio Gades de nombre artístico- comenzó a despuntar en el mundo de la danza.

Considerado un grande del folklore español en los años 60 y 70, llegó a dirigir el Ballet Nacional, creó su propia compañía con la que recorrió los principales teatros del mundo, representó a España en la Exposición de Nueva York de 1964 y en Cuba fue acogido como un ídolo del flamenco recibiendo en 2004, año de su fallecimiento, la alta distinción de la Orden Nacional José Martí.

El eldense actúo en países como Japón, Estados Unidos, Marruecos, Argentina o Cuba. En este último descansan sus cenizas porque pidió que sus restos se depositaran en el país que consideraba «su segunda patria».

El Ayuntamiento de Elda ya le dedicó a Gades un homenaje en vida dándole su nombre a un parque que él mismo inauguró, junto al exalcalde socialista Juan Pascual Azorín, el 22 de abril de 1998, seis años antes de su muerte.

Sin embargo, tras la última remodelación llevada a cabo en abril de 2011 con cargo a los fondos del Plan Confianza, este espacio verde del barrio de Las 300 cayó en una espiral de abandono y vandalismo hasta ofrecer un aspecto calificado por muchos vecinos de "deprimente".

Una imagen que, sin embargo, contrasta con la escultura del bailarín en la plaza de la catedral de La Habana a la que los cubanos profesan admiración, respeto y cariño.

En julio de 2014 se cumplió el décimo aniversario de la muerte del bailarín y el Consistorio eldense, gobernado entonces por la popular Adela Pedrosa, se olvidó de la efeméride. Pero a los cinco meses rectificó y en diciembre del mismo año evocó su figura y su trayectoria con un homenaje en el que se entregó una placa a su viuda Eugenia Eiriz, se proyectaron dos documentales sobre Gades y actuó el grupo Arraigo.

Pues bien, ahora que se aproxima el veinte aniversario de su muerte el gobierno local de PSOE-IU quiere que ese recuerdo perdure en el tiempo con una escultura que se colocará junto al emblemático Teatro Castelar.