Luces y sombras en la avenida Olimpiadas y Alfonso XIII en Elda

La reforma recién estrenada contenta a vecinos por la ampliación de las aceras, mientras otros reclaman más aparcamiento

Así opinan vecinos y comerciantes de Elda sobre la nueva imagen de las Avenida Alfonso XIII

Así opinan vecinos y comerciantes de Elda sobre la nueva imagen de la Avenida Alfonso XIII / Áxel Álvarez

Menos de una semana después de la apertura al tráfico del último tramo de las obras del eje Alfonso XIII, Olimpiadas y Filipinas, los vecinos y comerciantes comienzan a valorar los resultados de esta millonaria intervención, una de las más destacadas del Plan Elda Renace, que busca modernizar la ciudad. Aunque celebran la ampliación de las aceras y la mejora de los espacios peatonales, también señalan con preocupación la pérdida de plazas de aparcamiento, lo que genera opiniones divididas en estos primeros días tras la finalización de las obras.

Delfín Martínez es un vecino de Alfonso XIII, que celebra el resultado de los trabajos: "Cuando no podía venir por aquí por las obras cogía un camino alternativo. Le hacía falta un lavado de cara y ha quedado bien. Estoy contento", asegura con determinación.

Una opinión compartida por la también residente Encarni Giménez, quien destaca los beneficios para los peatones: "Se ha quedado muy bien, todo más amplio, sobre todo la zona para peatones. Ha tardado un año, pero ha valido la pena", afirma.

Sin embargo, no todos comparten este entusiasmo en su totalidad. Lorena Jover, vecina afectada por los trabajos, lamenta las molestias sufridas durante el proceso: "No podíamos meter el coche durante tiempo para aparcar, mucho polvo, pero ha valido la pena como se ha quedado", admite.

Por su parte, los comerciantes han tenido que enfrentar otro tipo de desafíos, como cuenta Daniela Cárdenas, del bar El Resguardo, quien señala que no saben qué hacer con las terrazas: "Queremos volver a poner los toldos, pero desde el Ayuntamiento no nos han dicho nada. Eso nos quita clientela porque la gente que fuma o viene con perros quiere terraza cubierta", comenta. Sin embargo, este diario ha podido confirmar por medio de fuentes municipales que los toldos de las terrazas podrán reinstalarse siempre que cumplan con la normativa de imagen urbana.

En cuanto a los beneficios visibles de la obra, Pedro Jiménez, de la peluquería De Moda, se muestra satisfecho: "Estoy contento porque la acera está en mejores condiciones que antes. Estaba muy deteriorada y ahora es mucho más ancha y tiene mucha más presencia", señala.

A pesar de los cambios positivos enumerados por algunos vecinos, Mónica Mollá, del despacho de pan Avenida Bollería, se muestra crítica con la "falta de atención" a los comerciantes durante las obras: "Ha sido mucha molestia, tenía que salir a darle el pan a las vecinas. No nos han preguntado si estábamos bien ni si teníamos pérdidas los comercios", lamenta.

Antonio Jover, habla como vecino afectado por la reducción de plazas de aparcamiento, expresando que "se ha quitado bastante sitio para dejar los coches, eso nos perjudica a los que no tenemos garaje, que cada vez tenemos que dar más vueltas para aparcar".

Finalmente, Anais Marín, del bar Bohemian, pone de relieve las dificultades para los repartidores debido a que la avenida Alfonso XIII ha pasado a ser de un solo sentido: "Ya no es una avenida, es una calle al ser de una dirección solo. Los repartidores tienen problemas con eso y tienen que dar más vueltas, por lo demás me parece que ha quedado bien", añade.

En definitiva, el balance entre vecinos y comerciantes refleja tanto las luces como las sombras de esta ambiciosa obra. Mientras muchos celebran la ampliación de aceras y la mejora de los espacios peatonales, otros ponen el foco en la pérdida de aparcamiento y las molestias generadas durante el proceso.

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