La nueva autovía que saca 1.500 camiones diarios de la A-31 en Alicante

La puesta en marcha del último tramo de la A-33 entre Valencia y Murcia, por Yecla y Jumilla, absorbe un 20 % del tráfico pesado que pasaba el Vinalopó, al ser una vía más corta y rápida para los vehículos que no tienen Alicante como destino

La A-31 a su paso por Elda-Petrer, con retenciones por una obras, en una imagen de archivo

La A-31 a su paso por Elda-Petrer, con retenciones por una obras, en una imagen de archivo / Áxel Álvarez

Un alivio para la saturada y obsoleta A-31 que une Alicante con Madrid, mientras aguarda una mejora ineludible que por ahora no se contempla. La apertura de una nueva autovía que comunica València y Murcia por Yecla y Jumilla, puesta en marcha en enero de 2024, ha tenido un gran impacto en la A-31. Un efecto muy positivo, aunque insuficiente para descongestionar esta arteria fundamental para la provincia.

La nueva infraestructura ha sacado unos 1.500 vehículos pesados al día de la autovía de Madrid, según los datos provisionales de 2024 de la Red de Carreteras del Estado del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Y es que la A-33 acorta en 12 kilómetros la ruta frente a la A-31 por el valle del Vinalopó y en 40 kilómetros frente al de la AP-7 por la costa de las Marinas y por la Vega Baja, con un recorrido más favorable para el tráfico pesado.

La A-33 en la provincia de Murcia, en las proximidades de Yecla, qtras la inauguración de su último tramo en enero de 2024

La A-33 en la provincia de Murcia, en las proximidades de Yecla / INFORMACIÓN

Así, la Intensidad Media Diaria (IMD) por ejemplo en la A-31 a su paso por Villena ha pasado de 35.885 vehículos de todo tipo diarios en 2023 a 33.345, una reducción del 8,1 %. Pero es especialmente destacada en lo que respecta a los vehículos pesados, ya que en 2023 eran 7.586 y un año después son 5.915, una bajada del 20,8 %.

A la altura de Monforte del Cid los datos son parecidos: se pasa de 52.550 a 49.304 vehículos diarios (-6,9 %), y en cuanto a los camiones, han bajado de 7.746 a 6.245 vehículos, una caída del 18 %. A la altura de Petrer, el descenso es más modesto, del 5,4 % del total y del 13,9 % en cuanto a los camiones.

En cambio, la apertura del último tramo que quedaba en la A-33, ha disparado la IMD en esta vía, sobre todo de vehículos pesados, ya que por ejemplo en el kilómetro 4, donde enlaza con la A-30 que une Murcia con Albacete, se ha pasado de 2.555 a 3.450 camiones, un aumento del 22,1 %. Y en el kilómetro 27, en Jumilla, de 2.415 a 4.054 camiones, una subida del 55,1 %.

Así, la inauguración a mediados de enero de 2024 de los últimos 16 kilómetros que quedaban pendientes de la A-33, entre la población albaceteña de Caudete y la murciana Yecla, ha tenido un impacto muy positivo en la A-31.

91 kilómetros

En total son 91 kilómetros, desde el enlace con la A-35 -que une Valencia y Albacete- en La Font de la Figuera hasta la A-30 en los alrededores de Blanca (Murcia), de los cuales solo cinco discurren por la provincia de Alicante, en concreto por el término municipal de Villena. Y sus efectos se dejan ver en la A-31, y en menor medida se supone en la A-7 entre Alicante y Murcia por la Vega Baja, aunque en esta vía de comunicación los datos no son concluyentes por ahora.

Mapa de las carreteras, con la A-33 destadada

Mapa de las carreteras, con la A-33 destadada / Google Maps

El ministerio manifestó en su día que la finalización de la construcción de la autovía A-33, "supone una alternativa muy interesante para los viajes entre Murcia y Valencia por el interior, ya que la longitud del recorrido entre Murcia y Valencia es de aproximadamente 217 kilómetros, frente a los 259 del recorrido actual por la costa, suponiendo un ahorro de 42 kilómetros y hasta 25 minutos en el tiempo de viaje". Y también acorta la ruta por la A-31 en 12 kilómetros.

Así, consideraba cuando "con la finalización de la A-33 unido al futuro Arco Noroeste de Murcia se produciría un trasvase de tráfico del corredor Mediterráneo de la A-7/AP-7/A-31 hacia la A-33 en los tráficos con origen/destino Valencia y Andalucía que ya no tendrían que pasar por la zona metropolitana formada el entorno de las ciudades de Alicante y Murcia reduciéndose su congestión y mejorándose la seguridad vial".

Sin noticias para la mejora de la A-31

Pese a este significativo alivio del tráfico pesado en la autovía de Madrid a su paso por el Medio y Alto Vinalopó, la A-31 requiere a gritos una intervención para mejorar su seguridad y convertirse en una vía del siglo XXI. Pero a corto plazo no hay prevista una actuación en este trazado, al margen de la reforma del enlace entre la A-70 y la A-31 en Alicante capital, que contempla una inversión de 21 millones.

Y todo pese a la alta conflictividad que presenta la autovía que une Alicante con Madrid. Según los datos de 2022, esta autovía registra un accidente grave cada cinco días a su paso por la provincia. La siniestralidad que refleja esta vía evidencia el peligro que encierra una vía saturada y necesitada de una remodelación. En 2022 se registraron dos fallecidos y 127 heridos.

La A-31 acaba de cumplir 36 años en funcionamiento. Es una de las llamadas «autovías de primera generación», previstas en el Plan de Carreteras 1984-1991 del entonces Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), y que básicamente consistían en desdoblar las carreteras nacionales. El problema era que el trazado de la calzada ya existente se dejaba prácticamente igual, sin apenas tocar curvas ni rasantes.

El tramo de la A-31 entre Alicante y Almansa fue de los primeros en abrirse en toda España. Se inauguró en marzo de 1989 y pese a haber transcurrido más de 36 años, la que fue calzada original de la carretera N-330 se puede todavía distinguir en buena parte del recorrido, por conservar, entre otros, los citados elementos del trazado sinuoso y los cambios de rasante.

Algunas curvas son muy cerradas, e incluso puntualmente hay algún zigzag, impropio de una autovía moderna, además de algunas pendientes. Del mismo modo, todavía hay unos pocos accesos que apenas cuentan con carril de aceleración, como en Sax, lo que incrementa la peligrosidad de esta vía.

Intenso tráfico

Y todo pese al intenso tráfico que soporta, con más de 50.000 vehículos diarios , sin que la finalización de la A-7 por Alcoy ni la liberación de la AP-7 entre Alicante y Valencia por la costa haya aliviado la circulación, en el caso de la vía por el interior por tener pendientes más acusadas y en otra porque el recorrido es más largo. En cambio, la A-33 sí que ha tenido un efecto claro en los datos del Ministerio de Transportes.

El problema para la A-31 es que han pasado las décadas sin que se haya hecho una intervención para acometer una reforma de calado de este trazado sinuoso e inseguro. Mientras que otras «autovías de primera generación», como las que comunican Madrid con Burgos, Zaragoza, València y Sevilla, se han ido remodelando de manera paulatina, en la A-31 los cambios han sido mínimos: en la década de 1990 se mejoró el trazado en el entorno del enlace norte de Elda y también se hicieron dos pequeñas variantes de la calzada original en la subida desde Novelda hacia Elda y entre Sax y Villena, pero poco más. Y así, con un tráfico tan intenso y un recorrido tan conflictivo, la siniestralidad se ha convertido en una preocupante constante característica de esta vía.

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