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Elecciones Autonómicas 2019

Un nuevo Botànic con más consellerias y que se pueda nombrar lo antes posible

Puig cuenta con Podemos y eso podría ampliar el ejecutivo valenciano hasta doce carteras - Compromís apuesta por negociar ya y que el gobierno empiece a funcionar a primeros de junio con Oltra de vicepresidenta

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante la noche electoral en la sede de los socialistas valencianos. efe

La izquierda tendrá que empezar a negociar un nuevo Consell que, de salida, tendrá que lidiar con dos obstáculos antes de la segunda investidura de Ximo Puig como presidente de la Generalitat: la entrada de Podemos-EU en la ecuación de gobierno que abre la puerta a una posible ampliación del ejecutivo autonómico hasta las doce consellerias y los plazos de negociación. Aunque apenas han pasado unas horas tras las elecciones autonómicas del pasado domingo que volvieron a dar una mayoría progresista a la Comunidad Valenciana, lo cierto es que los movimientos ya han comenzado para empezar a perfilar una segunda versión del Botànic. Esta vez el calendario, sobre el papel, se reducirá respecto a 2015 cuando los socialistas, más débiles que ahora, amenazaron con cambiar de pareja de baile ante la presión de Compromís para buscar a Ciudadanos como socio. Todo se alargó. Ahora no hay más alternativas: el pacto de izquierdas es la única suma posible y, además, los socialistas tienen 27 diputados, cuatro más que en 2015 y dos por encima de Compromís con 17 y Podemos que tiene 8 que juntos llegan a 25.

Así que los socialistas necesitan imperiosamente a los de Mónica Oltra y a los morados liderados por Rubén Martínez Dalmau. Pero, sin embargo, estos no tienen ningún argumento para poner en cuestión la figura del socialista Ximo Puig como jefe del Consell. Así que no tiene sentido alargar la negociación y los plazos del nuevo ejecutivo. La dirección de Compromís, reunida tras las elecciones del pasado domingo, acordó que Oltra se ponga en contacto con el titular de la Generalitat para empezar a perfilar unas conversaciones en las que la líder de Compromís tiene todos los números para seguir de vicepresidenta. Eso podría producirse aún en unos días. En el Consell también confirmaron que Puig citará a Oltra y a Dalmau para propiciar la transición hacia esta segunda versión del Botànic pero, en principio, tampoco precisaron fecha. Los socialistas, en cualquier caso, tampoco quieren dilatar los trámites. Pero lo cierto es que, de momento, no hay fijada una primera reunión. Así las cosas, teniendo en cuenta que la constitución de las nuevas Cortes se sustanciaría para el 16 de mayo con la elección de la Mesa del Parlamento y de los senadores autonómicos para, a continuación, tener que agotar un plazo de doce días más para proponer a un candidato, la investidura de Ximo Puig se podría cerrar durante la primera semana de junio para justo después nombrar el gobierno, en los días previos a la constitución de los ayuntamientos tras las municipales del 26-M -una interferencia en todo este proceso- y también antes de les Fogueres de Sant Joan.

Durante una jornada de declaraciones públicas, los tres socios de la izquierda dejaron clara la «hoja de ruta». Rubén Martínez Dalmau, candidato de Podemos-EU, ratificó su voluntad de entrar a gobernar, como ha venido asegurando durante la campaña. La líder de Compromís, Mónica Oltra, antes de la ejecutiva de su partido, garantizó la continuidad del acuerdo de la izquierda en el Consell, como ya hizo la noche electoral. «La gente ha dicho que está contenta con este gobierno, con sus políticas sociales y medioambientales que han puesto a la Comunidad Valenciana a la vanguardia de España», dijo Oltra. Y Puig ratificó que habrá retoques en la orientación del Consell, que cuenta con Podemos para este nuevo mandato de cuatro años y que estaría encantado de que la líder de Compromís volviera a ser la vicepresidenta de su Consell.

Así que las bases ya están encima de la mesa. A diferencia de hace cuatro años cuando los socialistas estaban en una posición de debilidad que ahora han salvado beneficiados por el adelanto de las autonómicas para unirlas a las generales, Ximo Puig no tiene la alternativa de amagar con hacer una oferta a Ciudadanos, algo que, por otra parte, rechaza la formación que lidera Toni Cantó en la Comunidad Valenciana. Pero tampoco Compromís y Podemos tienen otra ficha ganadora para cuestionarle. La entrada en la gestión de los morados, durante los últimos cuatro año socios parlamentarios, provocaría una ampliación del Consell, que podría tener una docena de carteras, dos más que ahora, para garantizar la proporcionalidad con un reparto en el que los socialistas pudieran tener seis, Compromís cuatro y Podemos dos. No está para nada definida ni la estructura ni el reparto. Ni siquiera han hablado. Aunque no hay nada cerrado, Podemos podría tomar las riendas de Transparencia y Participación, que deja vacante el alicantino Manuel Alcaraz; además del control de un departamento con las competencias de Vivienda para combatir los desahucios, piedra angular de la estrategia política de los morados. En esa ampliación podría tener cabida, además, la promesa electoral de Puig de una conselleria de Turismo. Pero todo eso ni está ni decidido ni resuelto. Queda todavía muchísima tela por cortar. Y además todas las partes dan por hecho que la cohabitación será más tensa. Se conocen más y los diferentes actores ya tienen marcados altos cargos a los que no quieren.

Una de las cuestiones que puede generar tensiones en la negociación es el futuro del actual conseller de Educación, Vicent Marzà. Ínternamente, no ha salido mal parado. Lideraba la lista de Castellón de Compromís, la única de la coalición que ha crecido en porcentaje de las tres circunscripciones. Así que, formalmente, sale reforzado y hay quien lo sitúa junto a Aitana Mas como futuros liderazgos para toda la coalición. Pero ocurre que dirigentes de Compromís en Alicante son partidarios de que Marzà deje Educación al entender que, en estos momentos, perjudica electoralmente al partido en el sur de la Comunidad, la que sigue siendo la pieza más floja de la formación. No se oponen a que pueda asumir las riendas de otro departamento -una conselleria de Cultura es otra posibilidad- pero entienden que ha agotado su etapa en un departamento que le puede haber costado a Compromís el escaño y los cinco mil votos que ha perdido en la provincia para la urna de las autonómicas.

Y mientras en la izquierda empiezan los primeros movimientos para poder formar gobierno tras las elecciones que han dado una nueva mayoría a los socios del Botànic, en la derecha ya están a la greña después de unos comicios en los que el PP ha sufrido una debacle histórica con su peor resultado de toda la etapa democrática en la Comunidad Valenciana. Apenas 19 diputados y claramente por debajo del 20%. Y lo que es peor para los populares: Ciudadanos disputando a poca distancia la hegemonía de la derecha al PP además de la irrupción, cierto que de tono más bajo de lo esperado y con una influencia irrelevante, de los ultras de Vox. Tanto Bonig como Cantó, ahora decidido a seguir comiendo de la bolsa del PP, ya han chocado: ambos se erigen como los jefes de la oposición. Quizá las municipales acaben sentenciando a Bonig.

Morera vuelve a ser la primera opción para presidir las Cortes

El 16 de mayo se tiene que constituir la Mesa de las Cortes. A pesar de que en algún momento se especuló con su decisión de no continuar, en estos momentos, Enric Morera, de Compromís, vuelve a aparecer en las «quinielas» para presidir el parlamento que tendría una mesa en la que, casi seguro, estará Podemos pero no los ultraderechistas de Vox. Para los senadores territoriales, estas dos fuerzas, las más pequeñas, estarían fuera del reparto de cargos.

Los resultados de las elecciones autonómicas y generales 2019, al detalle

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