El binomio alcalde-candidato, toda una garantía de éxito en Alicante

En los once mandatos desde la recuperación de la Democracia, solo un regidor ha perdido la vara de mando en las urnas en la capital alicantina: fue el socialista Ángel Luna hace casi tres décadas

Un ciudadano introduce una papeleta en una urna municipal, en imagen de archivo

Un ciudadano introduce una papeleta en una urna municipal, en imagen de archivo / Manuel Lorenzo

C. Pascual

C. Pascual

En Alicante, llegar a las urnas de una cita municipal con la vara de mando es una garantía de éxito casi seguro. De hecho, solo hay un precedente en contra de un binomio que destila aroma a victoria: lo protagonizó hace casi tres décadas el socialista Ángel Luna, el único alcalde que ha perdido unas elecciones en Alicante. Ni antes ni después de ese hito, ningún otro regidor tuvo que abandonar el despacho más noble del Ayuntamiento porque los ciudadanos optaran por otra alternativa política. O revalidaron cargo o no se presentaron. Así desde 1979, las primeras elecciones democráticas después de la restitución de la Democracia tras la dictadura. 

En este contexto, la ciudad de Alicante y sus 242.735 electores llegan a las elecciones municipales del 28 de mayo, en las que el actual regidor, Luis Barcala (PP), busca revalidar por segunda vez su mandato, tras ganar las elecciones de 2019 después de -entonces- un año de gobierno. 

El binomio casi imbatible empezó con el socialista José Luis Lassaletta, que se convirtió en el primer alcalde de esta nueva etapa democrática gracias a los trece concejales del PSOE, a los que se sumaron los cuatro del Partida Comunista. La UCD irrumpió con diez ediles. Cuatro años más tarde, el dirigente socialista volvió a ganar, aunque ahí arrasó, con 19 concejales de los 27 que tenía por aquel entonces el Pleno de Alicante. El resto -ocho- fueron para Alianza Popular. El tercer y último mandato de Lassaletta empezó con una victoria en las urnas, aunque no tan arrolladora como la anterior. El PSOEse quedó en doce ediles, frente a los ocho de AP, los cinco del CDS y los dos de IU. El socialista gobernó en minoría. Fue su última etapa como alcalde, ya que su partido optó por la renovación al cabeza de cartel para la siguiente cita. Él rechazó salidas alternativas. Ya cuatro años antes, en 1987, se barajó una opción que se certificó en 1991. Así, Lassaletta se vio forzado a dejar el Ayuntamiento después de tres mandatos, aunque sin perder en las urnas. 

Ángel Luna fue el elegido por el partido del puño y la rosa para mantener el poder en Alicante. Y lo consiguió. Su formación retuvo los doce concejales, los mismos, eso sí, que un PP que se quedó a unos 3.000 votos de ser la fuerza más votada. En esa Corporación también tenían representación EU (con dos actas) y Solidaridad Cívica, con un edil. 

Los seis alcaldes, al margen del actual, que han gobernado Alicante desde 1979

Los seis alcaldes, al margen del actual, que han gobernado Alicante desde 1979 / informacion.es

Cuatro años más tarde, Luna intentó revalidar el cargo, lo que habría significado su segundo mandato y el quinto seguido del socialismo. Con esa convicción llegaron a unas urnas que dieron un vuelco a la política alicantina, al aupar a Luis Díaz Alperi, de un PP en auge a nivel nacional, a la Alcaldía. Luna se convirtió ahí en el primer alcalde que perdía unas elecciones. Y, por ahora, el último. 

En 1995, arrancaron cuatro mayorías absolutas lideradas por Alperi, con catorce concejales (de 27) en 1995, quince en 1999, catorce en 2003 y finalmente, quince de nuevo (entonces con un Pleno ya de 29 miembros). Cuatro elecciones con victoria, tres de ellas llegando con la vara de mando en la mano. Sin embargo, el último mandato se le hizo a Alperi más corto de lo previsto, ya que dimitió para sorpresa de la mayoría apenas un año después de la cita con las urnas, dejando el control del Ayuntamiento en Sonia Castedo. Así, Alperi también se fue sin saborear las hieles de la derrota electoral. 

La primera alcaldesa de la ciudad de Alicante revalidó su cargo en 2011, con otro resultado incuestionable, al conseguir 18 concejales, por los ocho del PSOE, los dos de EU y el representante de UPyD. Tras esa victoria y después de seis años de gobierno, Castedo se vio obligada a renunciar al cargo, aunque en su caso por problemas judiciales. La popular se despidió del Ayuntamiento por la puerta de atrás, al verse forzada a dimitir, pero sin tampoco perder en las urnas. Desde su salida y hasta las siguientes elecciones municipales, previstas para apenas cinco meses después, la vara de mando estuvo en poder de Miguel Valor, que fue investido alcalde a principios de año. El PP, en esos comicios, perdió el control del Ayuntamiento de Alicante tras encadenar cinco triunfos consecutivos. Pero no fue Valor el cabeza de lista, sino que la candidatura la lideró Asunción Sánchez Zaplana, con el hasta entonces alcalde como «número cinco», por lo que Valor tampoco fue un alcalde que perdiera el mando. Su partido optó antes por elegir a otro candidato electoral. 

Luis Barcala se expondrá en tres semanas, por segunda vez, a las urnas como cabeza de cartel

Luis Barcala se expondrá en tres semanas, por segunda vez, a las urnas como cabeza de cartel / informacion.es

La derrota popular supuso, por aquello de los vasos comunicantes, la victoria del PSOE, a través de Gabriel Echávarri, a quien, pese a dejar a su partido con seis concejales, le bastó con liderar la fuerza de la izquierda más votada. Su mandato también fue más breve de los previsto, ya que tuvo que dimitir -sin volver a pasar el examen de las urnas- a un año de elecciones por problemas judiciales. Ahí, en abril de 2018, llegó a la Alcaldía de Alicante el popular Luis Barcala, quien confirmó el cargo en las últimas municipales. Ahora pone en juego de nuevo la vara de mando el próximo 28 de mayo tras cinco años de gobierno. Por ahora, solo un alcalde ha perdido en las urnas, y no era popular.