Balance de mandato en Alicante (II): Las renovaciones no bastan

El bipartito de Alicante no ha aplacado las polémicas por la gestión de los grandes servicios, pese a resolver adjudicaciones pendientes del pasado mandato - La limpieza concentra las principales críticas ciudadanas, lastrando la imagen de la ciudad

Baldeo de calles en una barrio de Alicante, en imagen reciente

Baldeo de calles en una barrio de Alicante, en imagen reciente / AXEL ALVAREZ

C. Pascual

C. Pascual

La renovación de las principales contratas del Ayuntamiento de Alicante, como son la limpieza viaria y recogida de residuos, el transporte urbano y el mantenimiento de las zonas verdes, no ha conseguido aplacar del todo el debate como pretendía el bipartito de Alicante, al resolver unas adjudicaciones que no se habían hecho en tiempo y forma. De hecho, hay polémicas que siguen tan vivas como siempre, como la gestión de la limpieza. 

Y más después de que a las puertas de elecciones la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hiciera pública la última encuesta de satisfacción con la limpieza viaria de las principales 69 ciudades de España, cuatro años después de la anterior, en la que Alicante se mantenía como la segunda ciudad más sucia del país. «El estudio muestra pocos avances en estos últimos cuatro años: en dos de cada tres ciudades los resultados son mediocres y una de cada tres suspende, en opinión de sus habitantes. Palma, Alicante y Sevilla son las peor valoradas», decía recientemente la OCU, que concedió a la capital alicantina 37 puntos en el índice de satisfacción, tres más que en el estudio anterior y dos más que la ciudad peor clasificada en este 2023, que ya no fue Jaén, una ciudad que mejoró considerablemente, subiendo casi una veintena de puestos entre estudios. Ese trabajo volvió a agitar, si ya no lo estaba, las críticas contra el servicio desde la oposición, aunque es el propio equipo de gobierno (PP y Ciudadanos) el que reconoce que queda mucho por hacer. 

Con todo, pese a reconocer que la ciudad no está lo limpia que merece, el bipartito se acoge a otro estudio, el último Barómetro de Satisfacción de los Servicios Públicos, impulsado por el Observatorio de Servicios Urbanos, que situó a Alicante en el sexto puesto en valoración de la limpieza y servicios municipales entre los treinta grandes municipios. 

La ciudad, mientras tanto, está a la espera de que entren en marcha las mejoras incluidas en el nuevo contrato de limpieza y recogida de residuos, cuya adjudicación se adjudicó oficialmente el 30 de diciembre de 2022, a Netial (la UTE integrada por FCC y PreZero España) por 323 millones de euros para los próximos ocho años, pero que no estará en funcionamiento, mínimo, hasta después de Hogueras. Y es que el bipartito asegura que quiere que la ejecución del renovado servicio empiece «en condiciones para que se note». Los retrasos en este contrato no son nuevos, ya que en la pasada campaña electoral todos los partidos, incluido el PP y Cs, se comprometieron a no prorrogar un contrato que hoy sigue ejecutándose, pese a caducarse a mediados de 2021. 

Entre los cambios que esperan ver los alicantinos con la siempre conocida como «contrata del siglo» destacan la ampliación a toda la ciudad de la recogida selectiva del contenedor marrón de restos orgánicos, así como la habilitación de doce nuevos puntos de compostaje comunitario públicos y acopios de restos de poda no agrícola en partidas rurales, la implantación de sistemas de cierre electromecánico de control telemático en los contenedores de la fracción resto y la implantación de nuevas papeleras y reposición de las existentes. Además, se incorporarán 119 nuevos operarios hasta alcanzar la cifra de 526 trabajadores (+29%). De lo que aún nada se sabe es del nuevo contrato del tratamiento de residuos, hoy también prorrogado.

Donde ya sí se ven las mejoras es en el contrato del transporte urbano, que también se adjudicó por las mismas fechas pero que están en marcha desde el 1 de febrero. El servicio, tras cincuenta años de contrato y una prórroga incluida, sigue en manos de Vectalia, que presentó la mejor oferta económica y técnica, según el Ayuntamiento de Alicante. La UTE alicantina propuso 125,6 millones de euros, veinte millones menos del presupuesto base de licitación.

Entre los cambios más significativos resaltan las dos líneas circulares por Gran Vía y entre el Cabo de las Huertas y Hospital de Sant Joan. Además, el servicio se extiende hasta el PAU 5 y, más o menos, se mejoran las frecuencias en todos los recorridos. Dos meses después de que el contrato entrara en vigor, el Ayuntamiento puso en marcha ajustes que daban respuesta a peticiones vecinales, afectando principalmente a las líneas 14 (que ahora llega hasta Gran Vía Sur), 22 (con más recorrido en sentido Playa de San Juan para mejorar el servicio del Cabo) y 27 (que recuperó su trayecto original en su enlace desde Urbanova). A puertas de elecciones, el gobierno no quiso polémicas y aceptó los cambios. 

El nuevo contrato del transporte, además de un recorrido más pensado en el turista de la lanzadera al castillo de Santa Bárbara, también incluye una reivindicación histórica de los vecinos de las partidas rurales, como es el transporte a demanda, que está ahora en fase de prueba a la espera de su implantación definitiva con seis líneas diferentes. 

Eso sí, pese a los avances, los grupos de la oposición quieren más. Tanto que la mayoría llevan en sus programas electorales propuestas de mejoras, que principalmente van encaminadas a ampliar los horarios, haciéndolos más nocturnos. 

Pero este mandato no solo ha sido el de la renovación, con más o menos ruido, de las dos principales contratas del Ayuntamiento de Alicante, sino también de otras dos de un peso significativo, como son la encargada del mantenimiento de las zonas verdes y la de limpieza de colegios y dependencias municipales. Actualmente, ambos servicios están en las manos de la misma empresa, que primero se quedó con los jardines y luego con la limpieza, que fue protagonista de una comisión de investigación municipal por la gestión antes del cambio de manos. 

Ahora, el contrato relativo a las zonas verdes está aún en el aire, pese a que la licitación de lanzó nada más llegar el bipartito al gobierno (julio de 2019) y se formalizó en diciembre de 2020, con tres años por delante. Y todo por el conflicto entre el anterior adjudicatario y el actual, con el Ayuntamiento de por medio. El último movimiento que se conoció fue la decisión del ejecutivo local de recurrir ante el Tribunal Supremo el auto del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) que había anulado la adjudicación del servicio de mantenimiento de zonas verdes de Alicante.