La transformación de la ciudad, el escudo social y los impuestos marcan el debate en Alicante

La izquierda se ceba en bloque con la ausencia de Barcala y muestra unidad para un pacto que lleve al cambio. Cs se ofrece como la opción alejada de los extremos y Vox defiende su ideología

Tras las cámaras del debate de los candidatos a la alcaldía de la ciudad de Alicante en Información TV

Jose Navarro

Borja Campoy

Borja Campoy

El escudo social de Alicante, con la necesidad de apuntalar los servicios básicos para la ciudadanía, la transformación de la ciudad y el modelo que se quiere potenciar en el próximo mandato y las diferentes visiones respecto a los impuestos municipales fueron los temas troncales del debate electoral de la capital de la provincia organizado por INFORMACIÓN e Información TV, en una cita en la que también se contrastaron argumentos sobre cuestiones como la vivienda, la limpieza, el comercio o las desigualdades en los barrios.

En el debate participaron Ana Barceló (PSPV-PSOE), Adrián Santos Pérez, (Ciudadanos), Manolo Copé (Unidas por Alicante), Rafa Mas (Compromís) y Carmen Robledillo (Vox), es decir, los alcaldables de todos los partidos con representación en el Ayuntamiento de Alicante salvo el de uno, el del Partido Popular, cuyo candidato a la reelección, Luis Barcala, rechazó la invitación. Este hecho fue el primer hilo del que tiraron los partidos de izquierda. No hubo que esperar mucho para ello, ya que el minuto inicial del que disfrutaron Barceló, Copé y Mas lo destinaron a arremeter contra la gestión de Barcala, al que acusaron de falta de valentía para debatir y de querer tapar su falta de propuestas para la ciudad y la imputación del exedil Manuel Jiménez y el concejal José Ramón González. Ajeno a esta batalla, Cs se presentó como una opción «sensata» para gobernar alejándose de los extremos y Vox defendió su ideología, con un discurso en el que se alertó sobre la falta de seguridad en la ciudad y se hicieron referencias a asuntos nacionales, como la presencia de exetarras en las listas de Bildu o la ley del «solo sí es sí».

«Barcala nos deja tirados una vez más en un debate democrático. Es una falta de respeto a los candidatos. Empezó su mandato con una tránsfuga y lo acaba con posibles corruptelas», resumió Mas la trayectoria de Barcala para romper el hielo. «Es una anomalía democrática que el PP no acuda al debate. Nos queda la duda de si no viene por falta de proyecto para la ciudad, por los casos de corrupción o por desprecio a los alicantinos», añadió Barceló. «Cuando no damos la cara todas las personas, se pierde calidad democrática. La piscina detrás del Teatro Principal es un signo evidente de una gestión nefasta», remató Copé en su primer turno.

Socios

El socio del PP en los últimos años, Cs, y el que podría ser su socio el próximo mandato, en función del resultado de las urnas, Vox, se desmarcaron de las críticas a Barcala por su ausencia. «Nos presentamos a las elecciones tras haber gobernado cuatro años en áreas muy importantes», manifestó Pérez. «Estamos cansados de promesas durante décadas, de que los políticos solo se paseen por Alicante cuando quedan pocas semanas para las elecciones», dijo Robledillo. 

Realizadas las presentaciones, el primer bloque se dedicó al modelo de ciudad que proponen los partidos. Copé fue el primero que pidió la palabra. Lo hizo para denunciar «la parálisis, la falta de gestión y la desigualdad entre los barrios». Mas fue el siguiente en hablar, y lo hizo para cerrar filas en la izquierda. «Quiero construir un buen gobierno con Ana y Manolo», avanzó en un acercamiento de Compromís al PSPV y Unidas por Alicante. «Tenemos que impulsar los presupuestos para avanzar», añadió a continuación el candidato de los valencianistas, quien mantuvo el enfrentamiento más directo del debate con la representante de Vox.

La cuestión de las diferencias entre unos distritos y otros fue recogida por Pérez. «Queremos la igualdad de los barrios, que todos tengan las mismas dotaciones», expresó el alcaldable de los liberales sobre su modelo de ciudad, un Alicante que también quiere que mire al mar, potencie su frente litoral, atraiga empresas y refuerce sus zonas industriales. Robledillo puso el acento en las partidas rurales y los barrios y, sobre su modelo de ciudad, apostilló que quiere que sea «limpia, turística, libre y con menos condenas por delitos sexuales».

Campaña

Como ha venido reivindicando desde antes de que diera comienzo la campaña, Barceló insistió en su modelo en que quiere «una ciudad que lidere la provincia y se posicione a nivel nacional e internacional» y que «el empleo y la vivienda» son dos pilares sobre los que se sustenta su proyecto. Para cerrar esta parte, Compromís reivindicó el conocido como «modelo de ciudad de quince minutos», Unidas por Alicante apostó por una urbe «feminista y amable», Cs expresó que el próximo mandato tiene que ser el del Parque Central como gran pulmón alicantino y Vox aseguró que el cambio climático no es un problema para los ciudadanos.

La ordenanza de la mendicidad también sobrevoló el debate, dando paso a los dos grandes temas del debate tras la confrontación de posturas sobre la transformación de Alicante, el escudo social y los impuestos. «Hay que confrontar el modelo económico que beneficia a unos pocos privilegiados con el de una economía para la mayoría social y una fiscalidad justa y progresiva», avanzó Copé. En este sentido, Barceló, que también aprovechó la oportunidad de difundir el discurso de su candidato autonómico, Ximo Puig, hizo suyas medidas como que las familias con dos hijos sean consideradas numerosas o que los mayores tengan acceso a las entidades bancarias.

Robledillo abogó por una «rebaja de impuestos para las clases medias y trabajadoras, que no llegan a final de mes por la inflación» y «acabar con los chiringuitos ideológicos para que el dinero se destine a los problemas reales». Esta parte del debate fue la única en la que Compromís marcó distancias con el PSPV, al reclamar que hay que mantener el mismo discurso en Alicante que en Madrid, en referencia al maltrato que recibe la provincia en los Presupuestos del Estado. Por su parte, Pérez expuso la apuesta de Cs por la conciliación familiar, con medidas relacionadas con la educación como «las matineras, las extraescolares y el comedor gratuito» y una defensa de la clase media porque «es la que siempre paga y no tiene ninguna ayuda».

Las preguntas sobre los pactos tras el domingo dieron mucho juego. «Hemos superado el bipartidismo», proclamó Copé. «Queremos un gobierno con Ana y Manolo», insistió Mas. Barceló recordó que el candidato autonómico de Vox está condenado por violencia machista, en otro guiño a Puig, que también sirvió para alertar sobre el posible pacto PP-Vox en clave local. Pérez se postuló para que Cs lidere un ayuntamiento con «políticas sensatas» y Robledillo volvió a hablar de terroristas y violadores para marcar las líneas rojas de la ultraderecha.

El minuto de oro, destinado para pedir el voto directamente, fue empleado por Pérez para destacar «la gente profesional» que compone su lista. Robledillo volvió a recurrir a la «inseguridad» de las familias. Mas hizo un llamamiento a un «buen gobierno, que no deje a nadie atrás y reclame en Madrid y València». Barceló cargó contra «la apatía y el letargo del PP». Y Copé apeló a «un Alicante sostenible, amable y solidaria».