Los conflictos pueden surgir en diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana, en ocasiones son inevitables, pero hay que aprender a resolverlos de la mejor manera. Además, se deben intentar solucionar de la forma más justa posible. Algunos expertos coinciden en que la clave para resolver conflictos reside en encarar abiertamente el inconveniente y realizar negociaciones con el fin de encontrar un resultado en el que todos salgan beneficiados. Todo esto bajo el marco del diálogo, el intercambio de información y los acuerdos.

Asimismo, se recomiendan distintas técnicas o habilidades que se deben poner en práctica para buscar la mejor solución, no violenta, a un conflicto, problema o malententido existente entre dos o más personas. Pero, es habitual que en algunas situaciones no logremos llegar a un acuerdo solos y, por ello, existe una figura que es fundamental hoy en día: el mediador o mediadora, una figura neutral e imparcial que facilita el diálogo entre las partes del conflicto para que encuentren una solución. Estos profesionales especializados facilitan el diálogo entre las personas que tienen el conflicto, encargándose de gestionar la comunicación.

Pero el mediador no tiene que proponer alternativas, su función es generar un clima de confianza como para que las partes comiencen a sugerir alternativas de futuro y dejen de reprocharse situaciones pasadas.  

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