De la mano de Alumni de Fundesem, se ha organizado hoy un encuentro en las instalaciones de Levantina, ambas, organizaciones referentes en la provincia, para reunir a profesionales del sector de la arquitectura y la construcción. Todos los actores implicados en el proceso constructivo estaban presentes, desde el diseño, con Emilio Vicedo, Presidente del Colegio de Arquitectos de Alicante, pasando por el promotor, representado por Antonio José Fernández Gómez, Consejero Delegado Maisa, constructor, contando con Emilio Jesús María Sanz Cardona de PROMED, y un consultor con gran experiencia como es Enrique Peláez, fundador de Pelaez Consulting. De la empresa alicantina, aportando conocimiento y moderación en el encuentro, estaban Sebastián Fullana, Director de Proyectos de Levantina y Gloria Costas, Responsable de Calidad y Medio Ambiente.

Ha sido un debate muy interesante y estimulante, y que pone de manifiesto la situación actual e intuye posibles atisbos de un futuro cercano en el que podemos influir y toda la sociedad alicantina se verá afectada.

La importancia de la sostenibilidad y los principales retos de la arquitectura suponen una tendencia ahora, pero no son algo nuevo, Emilio Vicedo recuerda que la arquitectura es sostenible de siempre, y Antonio José Fernandez recalca que se promociona y construye lo que los clientes piden, y este hecho, hace necesario encontrar un equilibrio entre la educación del consumidor y las necesidades del planeta.

Coinciden todos los invitados al debate, y en repetidas ocasiones, sobre la importancia de que las administraciones sean el ejemplo de esa sostenibilidad de manera certera, impulsando ese cambio de mentalidad desde la iniciativa pública para llegar a la privada.

Reconquistar y rehabilitar cascos urbanos que tienen un parque de viviendas muy amplio, y que con una correcta inversión haciendo las casas más eficientes (más del 80% de viviendas requieren rehabilitación), conseguiríamos una mejora sustancial del consumo de energía y de las emisiones de C02. Rediseñar el concepto de espacios públicos, incrementando zonas peatonales y facilitando la movilidad sostenible, y no poner el foco tanto en la obra nueva, ocupando más espacio, que tampoco nos sobra.

 Otro punto en común entre los asistentes es que existen prácticas de las instituciones que no son coherentes con el impulso que deben dar a la arquitectura y construcción sostenible. La rigidez de la legislación en cuanto al Código Técnico de Edificación que no deja marco a incorporar prácticas que permitan la elección de las mejores prácticas sostenibles en cada región. Ejemplo: que las características de la construcción tradicional del Mediterráneo que están muy adaptadas a nuestro clima, no se adaptan al Código actual.

La escasez de materias primas y mano de obra, como no podía ser de otra manera, dada la situación mundial actual, se ha abordado en el debate, llegando a la conclusión de que hay soluciones y caminos a explorar, para mejorar distintos aspectos que están estrechamente relacionados con la construcción, y que van desde el impulso del empleo femenino en el sector, pasando por el relevo generacional, o acortar los tiempos de construcción que permitan paliar potenciales situaciones de emergencia, hasta dar solución a la necesidad de reducir el impacto ambiental en muchos procesos de construcción.

La prefabricación ha surgido como respuesta a esta cuestión, y se intuye como la solución en el medio plazo para fomentar todo lo mencionado.

En lo inmediato, huir de la deslocalización y volver a la compra de productos locales, evitando así la dependencia de países, precios, transportes y en general, cadenas de suministro muy tensionadas actualmente, nos podría ayudar a evitar paralizaciones en las obras por falta de materiales.

Las administraciones deben ser, una vez más, ejemplarizantes para impulsar esta solución y evitar incoherencias como recomendar que se utilicen materiales procedentes de no más de 150 km., y luego encontrarnos pavimentos en las calles que provienen de más allá de 1000 km.