El cuarto largometraje como director de Benito Zambrano y su vuelta a la dirección después de ocho años alejados de la pantalla. Lo hace con un thriller basado en la primera novela de Jesús Carrasco, una historia de suspense y emoción que narra la huida de un niño a través de un país gobernado por la violencia y castigado por la miseria material y moral de la época, en el que tratan de prevalecer la amistad, la solidaridad y la compasión.
El libro ha sido publicado en veinticinco países, y fue galardonado con el Premio de la Literatura Europea 2016, en tanto que los libreros de Madrid la eligieron como la mejor obra de 2013. El reparto está encabezado por Luis Tosar, Luis Callejo, Jaime López, Vicente Romero y Kandido Uranga. Incluida en la sección oficial del Festival de Valladolid, se rodó por completo en tierras granadinas.
Un niño escapado de su pueblo escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que le buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente del infierno del que huye. Ante el acecho de sus perseguidores al servicio del capataz del pueblo, sus pasos se cruzarán con los de un pastor, que le ofrece protección, y a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.
Benito Zambrano vio en esta novela la oportunidad de hablar de los que ostentan el poder y lo utilizan caprichosamente sin piedad y sin misericordia. Pero en ese entorno pobre, analfabeto y miserable, en el que la gente está acostumbrada a sufrir, surgen, de vez en cuando héroes que todavía luchan por su dignidad y se resisten a la sumisión. El guion de la película es de Pablo y Daniel Remón.
