Un nuevo y casi desesperado intento por retornar las hazañas de tres aventureras procedentes de la pequeña pantalla, las denominadas Ángeles de Charlie, que tuvieron una aceptable acogida entre 1976 y 1981 y que lograron, por ello, el trasvase a la gran pantalla en sendos largometrajes estrenados en 2000 y 2003. Los dos fueron dirigidos por McG, un realizador de productos de acción de serie B que fracasó en su intento de hacer un cine dinámico, ágil y espectacular. Pues bien, estas heroínas, rehuyendo la suerte que han tenido hasta ahora y que no aconsejaban insistir en el tema, vuelven a las andadas con una nueva secuela. Transitan para ello una vez más por derroteros harto conocidos con una única novedad de cierto peso. La dirección se ha encargado a una mujer, la actriz Elizabeth Banks, que solo había realizado un largo detrás de las cámaras, Dando la nota. Aún más alto.

En efecto, Elizabeth Banks toma las riendas mientras la nueva generación de Ángeles de Charlie alza el vuelo. En la visión de Banks, Kristen Stewart, Naomi Scott y Ella Balinska trabajan para el misterioso Charles Townsend, cuya agencia de seguridad e investigación se ha expandido internacionalmente con las mujeres más inteligentes, valientes y mejor preparadas de todo el planeta, de modo que en la actualidad hay equipos de Ángeles guiados por múltiples Bosleys ocupándose de los trabajos más duros de todo el mundo.

«Hay muy pocas películas con varias protagonistas femeninas. Me pareció que Los Ángeles de Charlie era una manera de contar una historia que tuviera más de una protagonista femenina: tres mujeres fuertes y estupendas, que tienen control sobre sus propias vidas y son la fuerza impulsora de la historia», explicó Banks.

Para la actriz/coguionista/directora/productora, Los Ángeles de Charlie eran todo un ejemplo. «Estos personajes eran mujeres que trabajaban en un mundo de hombres y tenían que valerse por sí mismas. Nunca antes se había visto a mujeres repartiendo leña en ningún género, fue algo revolucionario. Eran todo un símbolo». «A Elizabeth le atraía la idea de poder hacer una película de acción», comentó el productor Max Handelman. «Le entusiasmaba la idea de crear un mundo nuevo de espías y poder trabajar a partir de esa base. También le pareció entonces, y ahora más todavía, que era el momento adecuado para modernizar esta marca global, creando una película divertida con una gran marca detrás, pero también poder hablar de mujeres que luchan por otras mujeres y tratar temas de empoderamiento femenino y positividad, más allá de limitarse a hacer otra adaptación de un cómic o una comedia».