Una persona soltera tiene numerosas dificultades en su día a día, también a la hora de comprar una casa y, por consiguiente, pedir una hipoteca. Tan solo el 36% de las personas que firman la hipoteca lo hacen sin una pareja según el último informe que ha publicado iAhorro. Esto se debe a la denominada ‘tasa single’.

La ‘tasa single’, que literalmente significa ‘tasa de soltero’, hace referencia al gasto extra que tienen que pagar las personas que no tienen pareja en situaciones cotidianas, como la que puede ser comprar una casa. La edad de emancipación idónea según un estudio de iAhorro es de los 35 años, puesto que el precio de la vivienda sube a un ritmo mayor que el salario de los más jóvenes.

Esto significa que deben estar más tiempo ahorrando para comprarse un inmueble, un periodo que se acorta si se emancipan con otra persona”. El esfuerzo de ahorro para una sola persona es mayor y el gasto destinado a la hipoteca no debe suponer más del 35% de su sueldo”, matiza Simone Colombelli, director de hipotecas de iAhorro.

Hay que tener en cuenta que según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) una persona entre 20 y 40 años cobra 18.666,36 euros de media. Por otro lado, un informe del segundo trimestre de 2021 del Colegio de Registradores establece que un metro cuadrado en España cuesta 1.807 euros aproximadamente, por lo tanto, el precio de una vivienda ascendería a los 180.700 euros.

Para poder hipotecarse una persona debe ahorrar el 30% del valor de una vivienda: un 20% para terminar de pagar el inmueble (la entidad suele proporcionar el 80%) y el 10% restante para los costes propios de formalizar una hipoteca. Por lo tanto, harían falta 54.210 euros, es decir, ahorrar durante más de una década 3.600 euros al año, un 20% del salario anual de los jóvenes.

En las grandes ciudades la situación se complica, debido a que el precio medio de las viviendas en ciudades como Madrid o Barcelona supera la media. La diferencia es lo suficientemente grande como para que el futuro propietario tenga que ahorrar más del 70% de lo que cobra.

Ante esta situación, los bancos han empezado a movilizarse para facilitar la emancipación de los más jóvenes, pero suelen pedir un aval. “En los últimos meses, las entidades están poniendo el foco en los jóvenes y ofrecen ya productos más específicos para ellos, como hipotecas con mayor financiación (del 90% o más en algunos casos). Una de las condiciones que podemos encontrar es solicitar el aval de una tercera persona que puede rondar los cinco años de vida de la hipoteca”, añade Colombelli.

El teletrabajo y las ayudas autonómicas, una solución para combatir la ‘tasa single’

Antes de la pandemia una persona tenía que vivir cerca del lugar en el que trabajaba o, al menos, poder llegar de la forma más rápida posible. Gracias al teletrabajo eso no es necesario, por lo tanto, muchas personas pueden optar por vivir en zonas donde el precio de la vivienda es más asequible.

Si un trabajador tiene la oficina en Madrid, pero le permiten desempeñar sus funciones en casa, por ejemplo, puede comprarse una casa por Toledo en vez de enfrentarse a los precios de la capital.

“La sociedad se está dando cuenta del problema que tienen los jóvenes para independizarse y ya existen opciones que hacen el procedimiento más factible, aunque todavía son escasas y no se traducen en cambios de tendencia”, asegura Colombelli. De hecho, la mayoría de las Comunidades Autónomas disponen de ayudas a la vivienda destinadas a menores de 35 años.

El Gobierno central tampoco se ha quedado atrás. En su Ley de Vivienda ha incluido una ayuda directa de 250 euros para los jóvenes en alquiler, un impuesto a las viviendas vacías para aumentar el catálogo de inmuebles y la obligación de destinar el 30% de todas las nuevas promociones a vivienda protegida.