El británico Simon Yates (BikeExchange) ofreció una exhibición de fuerza y ambición que le sirvió para ganar en solitario en la decimonovena etapa del Giro de Italia, entre Abbiategrasso y Alpe di Mera, en la que volvió a poner en apuros a la maglia rosa, el colombiano Egan Bernal (Ineos), quien cedió 34 segundos sumando las bonificaciones.

No le queda otra opción a Yates (Bury, 28 años) que insistir sobre los puntos flacos de Bernal si quiere subir al podio y, quien sabe, algo más. Y fue el más ambicioso y fuerte entre la alta jerarquía.

Su ataque a 7 kilómetros de la cima de Alpe si Mera le sirvió para llevarse la etapa en solitario, acercarse al segundo puesto de la general, que posee Damiano Caruso, y asustar un poco a Bernal, de nuevo incapaz de responder a los ataques de sus rivales directos, pero inteligente a la hora de regular y reducir daños.

Yates entró solo, a lo grande, después de ascender 10 kilómetros un puerto duro. Cruzó por la cima con 11 segundos sobre el portugués Joao Almeida (Deceuninck Quick Step) y 28 respecto a Bernal. Con la bonificación se acercó a 20 segundos de la medalla de plata y a 2.49 de la maglia rosa.

El Giro queda pendiente de la última batalla de montaña de este sábado, durísima, con el Passo San Bernardino, Passo Della Spluga y Alpe Mota, tres puertos de primera encadenados, donde Yates volverá a quemar las naves, y de la contrarreloj final de Milán.

Deceuninck toma el mando

La carrera nació a toda mecha para adentrarse en la zona llana. La fuga tardó en construirse, pero finalmente seis hombres de los llamados modestos tomaron la iniciativa para abrir carrera: Warbasse, Mark Christian, Aleotti, Pasqualon, Venchiarutti y Hermans.

No era buen día para el éxito de los rebeldes. El Bike Exchange de Simon Yates se encargó de parar los pies a la avanzadilla, mantenida a raya en torno a la 3.30 minutos a los pies de la primera subida del día, el aperitivo de la cota de Alpe Agogna (4a, 12,8 km al 2,9 por ciento).

De lejos empezaron a notarse síntomas nocivos para los aventureros. El Deceuninck agarró con fuerza la batuta a ritmo de caza, tanto que puso en apuros al Ineos de Bernal, que vio cómo se rezagaba Daniel Martínez, el escolta de Bernal en los puertos.

La 'manada de lobos' quería la etapa, evitar irse de vacío del Giro. Lo intentó Cavagna en la víspera, sin éxito, y lo quería intentar el portugués Almeida en un final llamado a la batalla entre los grandes.

La formación belga no está precisamente acostumbrada a faltar a la cita con el podio. Las diferencias empezaron a caer en picado, no se iba a rifar la etapa, estaba claro. En el segundo puerto, el Passo della Colma (3a, 7,7 km al 5,9) el grupo principal cruzó a 1.30. Todo bajo control.

Ataca Yates

Deceuninck y BikeExchange, o sea, Almeida y Yates tenían las cartas marcadas. En el descenso del puerto y en la transición hasta el pie de Alpe di Mera (1a, 9,6 kilómetros al 9 por ciento) ambos equipos unieron fuerzas para echar abajo la fuga y desgastar a Egan Bernal. La "prueba del algodón" estaba preparada. Objetivo: derrocar a la maglia rosa.

En las rampas del puerto murió la aventura del día, y a 7 kilómetros de la cima soltó la primera carta Almeida, contestada de inmediato por Yates, el más inquieto, rompiendo el grupo principal quedando al frente. Bernal, protegido por su equipo, no perdió los nervios, siguió su ritmo, viendo cómo se alejaban los hombres del podio.

A 3,5 Yates contaba con medio minuto sobre Bernal, remolcado por su mejor guardaespaldas, su compatriota Daniel Martínez, y acompañado de Caruso, Vlasov y Almeida. El ritmo del gregario colombiano recortó la desventaja de su líder, pero a 2,7 de la cima dejó solo a su jefe. No podía más.

Se había formado el duelo más esperado. Yates por la etapa y Bernal en la defensa de la maglia rosa. El de Zipaquirá reguló el esfuerzo con el británico a un puñado de segundos. A su lado sufría Almeida, anhelando un triunfo parcial, y por detrás sufría Caruso, tratando de aferrarse el segundo puesto de la general.

Yates entró en el último kilómetro al límite, con 20 segundos sobre Bernal. Las rampas del 10 por ciento que conducían a la cima eran paredes verticales en la agonía del esfuerzo, pero el ganador de la Vuelta 2018 aguantó el castigo hasta llegar a meta con el objetivo cumplido.

Yates, ganador del Tour de los Alpes, se apuntó la octava victoria en una grande, 4 en el Giro y 2 en Tour y Vuelta. Se ha convertido en el animador del final de la carrera rosa. Le queda otra prueba del algodón. Mientras, resiste Bernal.

Este sábado la vigésima etapa tendrá lugar entre Verbania y Alpe Motta, con 164 kilómetros de recorrido.