Las exigencias que conlleva la Primera División para el Hércules no sólo afectan al orden deportivo, sino también a otros aspectos clave como la seguridad, las instalaciones, la organización interna y la atención a los espectadores. Así, el próximo domingo frente al Valencia en el Rico Pérez (17.00) no se podrá vender ninguna entrada en el estadio por ser considerado partido de alto riesgo, según explicó ayer el consejero de Peñas y Seguridad del club, José Alcaraz. Se trata de una excepción contemplada en el nuevo decreto para la Prevención de la Violencia en el Deporte, que se repetirá en los otros tres partidos que la Policía ha catalogado hasta el momento como de alto riesgo cuando visiten el estadio blanquiazul el Real Madrid , el FC Barcelona y el Levante. Además, la nueva normativa también contempla otras prohibiciones como la venta de cualquier botella en el recinto deportivo -incluidas las de plástico-, el aparcamiento de vehículos particulares en el cordón de seguridad del estadio y la venta de entradas del sector de la grada reservado a las aficiones visitantes.

Son nuevos tiempos, pues, para la intendencia herculana, que trata de adaptarse a marchas forzadas a los nuevos requisitos federativos de la Primera División. Por lo pronto, y de cara al primer derby regional del próximo domingo, el club ya ha remitido 850 entradas solicitadas por el Valencia. Es, con mucho, el partido que mayores recelos suscita en el Hércules en el aspecto de la seguridad, habida cuenta de los antecedentes y de la animadversión que suscita el club de Mestalla entre los seguidores blanquiazules más radicales. "Además del riesgo de posibles enfrentamientos", explicó Alcaraz, "las medidas de seguridad se refuerzan para prevenir importantes movimientos de masas, algo que puede pasar con el Madrid y el Barcelona, pero no creo que ocurra con el Levante". La última vez que el equipo granota visitó el Rico Pérez estuvo acompañado por apenas un centenar de seguidores y en la primera jornada frente al Sevilla (1-4) congregó en su estadio a unos 10.000 aficionados, menos de la mitad que el Hércules.

"El aspecto de la seguridad ha cambiado como de la noche al día de Segunda a Primera", agregó Alcaraz, que también recuerda las obligaciones del club esta temporada de controlar el número de micrófonos informativos y cámaras a pie de campo, de mantener vigilancia permanente los días de partido en el nuevo aparcamiento de vehículos detrás del fondo Norte y de habilitar un espacio protegido en el interior de la puerta 0 para el autobús de los equipos visitantes.

Entre las novedades de la ley de prevención de la violencia también figuran la creación de libros de registro de seguidores en cada club, con el fin de poder evaluar su peligrosidad y controlar actividad de grupos violentos, así como protocolos de seguridad, prevención y control de cada una de las instalaciones deportivas que deberán adoptarse en los acontecimientos deportivos.

Oficina de seguridad

En consonancia con estos nuevos requisitos, el Hércules ha puesto en marcha una oficina de seguridad pasiva integrada por voluntarios que se someten a cursillos de formación de la Dirección General de Protección Civil homologados por el Consejo Superior de Deportes. Se trata de una oficina que ya está operativa en otros clubes como el Valencia y el Atlético de Madrid, y cuyos miembros realizan labores de asesoramiento y colaboración con el público en materia de seguridad, acceso y salida del estadio.

En las próximas semanas, el Hércules planea llevar a cabo varios simulacros de evacuación del estadio con alumnos de colegios con el fin de medir los tiempo y analizar las respuestas en caso de abandono masivo del estadio Rico Pérez. Alcaraz calcula que el tiempo medio de evacuación oscila entre nueve y diez minutos dentro de unos parámetros "de normalidad".