Estaba claro que Tote iba a ser el protagonista de la mañana en el Rico Pérez. El jugador había vuelto a la convocatoria tras su prolongada ausencia por lesión y todo indicaba que iba a disfrutar de unos cuantos minutos sobre el terreno de juego en el partido ante el Valladolid. El presagio se cumplió y nadie eclipsó al madrileño, ni siquiera Miroslav Djukic el día de su regreso a Alicante, tras su efímero paso por el banquillo del Hércules en el tramo final de la temporada pasada.

El estadio blanquiazul tenía muchas ganas de volver a ver a Tote sobre el césped, de disfrutar una vez más con el talento del mediapunta, un jugador con tanto fútbol en sus botas como para justificar el precio de una entrada. La afición mostró con gran efusión el cariño que siente por el futbolista, lo que tocó la fibra sensible de Tote hasta tal punto que el madrileño aseguró que en el día de ayer vivió el "momento más especial" de su dilata trayectoria profesional.

"He vivido algo muy bonito. La gente ha tenido un comportamiento espectacular conmigo. Siempre he dicho que la afición del Hércules es especial y que yo mantengo con ella una relación que no he tenido nunca con otra", declaró el protagonista del día a la conclusión del encuentro contra el Valladolid. El jugador reconoció que se le puso "la piel de gallina" y que la hinchada blanquiazul le dio "una nueva lección de comportamiento y cariño".

Tote hizo hincapié en que el mundo del fútbol le ha deparado muchas alegrías, tanto en las temporadas que lleva en Alicante como en las que ha vivido en otros clubes, pero que ninguna había sido tan intensa como la que experimentó ayer. El futbolista también quiso acordarse de las personas que le han ayudado durante los nueves meses que ha permanecido de baja tras lesionarse el pasado 6 de marzo. "Quiero mostrar mi agradecimiento a Ramón Cugat y a los médicos del Real Madrid y del Hércules, así como a mi familia, que siempre me ha apoyado en todo".

La grada herculana tenía ganas de ver a Tote y el jugador se hizo esperar. No se dejó ver por el rondo de calentamiento previo al partido. La primera ovación se la llevó cuando se sentó en el banquillo. Ya en la segunda parte, cuando el equipo empató el duelo el público empezó a corear su nombre, pidiéndole a Mandiá su presencia en el campo. Cuando comenzó a calentar se llevó una gran ovación, solo superada por la que el publico le dio en el momento que entró al partido, cuando quedaban unos quince minutos para su conclusión.

Solo con su primera intervención, una pausa acompañada de un quiebro para abrir la pelota a la banda, demostró que es un jugador distinto. Los nueves meses que llevaba sin pisar el Rico Pérez no iban a poner nervioso a Tote.