Nunca antes alguien sacó del Hércules tanto por tan poco. Esteban Vigo, el entrenador que permaneció en el banquillo del club alicantino durante 21 meses, que consiguió el ascenso a Primera División entre fundadas sospechas de amaño de partidos y que fue despedido tras dejar al equipo como colista de la categoría y al borde del descenso, podrá disfrutar de un retiro de oro tras sumar los aproximadamente 1,5 millones de euros que le concede la sentencia dictada esta semana por un juez de Alicante (que obliga a cumplir con el contrato que firmó en su día con Ortiz) a la cantidad de 1,7 millones que ya percibió antes de salir del Rico Pérez en concepto de ficha de la campaña 09-10 más la prima individual y colectiva por el ascenso que, según las escuchas que se hicieron públicas, necesitó de "ayudas externas".

El Juzgado de Lo Social dio la razón a Esteban Vigo y sus ayudantes, que se repartirán 1.650.000 euros (la mayor parte, concretamente alrededor de 1,4 millones irán a parar a la cuenta corriente del "Boquerón"), tras aceptar una demanda que ha dejado esa deuda fuera del proceso concursal.

Ante ello, el Hércules tiene ahora dos caminos: Apelar o asumir la sentencia. Si se inclina por el primero -tiene que hacerlo antes de doce días y ya se han consumido media docena- deberá avalar la cantidad que dicta la sentencia (1,65 millones) y proceder en consecuencia a la espera de un próximo fallo judicial. Si no lo hace, el club deberá asumir también íntegramente la cantidad, pero el pago se vería sometido a los plazos que acabe marcando la administración concursal que actualmente supervisa sus cuentas. Es decir, sea por 'a' o por 'b' toca pagar, con el consiguiente perjuicio para el Hércules de cara al futuro próximo.

El gran despropósito

Enrique Ortiz ofreció un contrato de tres años a Esteban Vigo con suculentas cantidades que sufrían oscilación a tenor de los méritos contraídos. El malagueño, además, llegó acompañado de su equipo de confianza formado por Antonio Méndez (segundo entrenador), José Luis González (preparador de porteros) y José Ortega (prepador físico).

El "Boquerón" firmó un contrato que contempló en su primer año el pago de 527.644 euros, de los que cien mil fueron para su representante, 63.000 como derechos de imagen y 7.644 euros para ayuda a vivienda. Esa primera temporada (09-10) agregaba como premio gordo un millón de euros en caso de ascenso a Primera, circunstancia que se confirmó. Al mismo tiempo, Vigo percibió prima doble del premio colectivo (3 millones de euros) que el Hércules pagó a toda su plantilla por alcanzar la máxima categoría: Otros 200.000 euros. Con ello, la suma de esos primeros doce meses resultó especialmente productiva para el andaluz, que, al no ser convencido para que ayudara a financiar de esa partida que tenía firmada algunos "gastos extra" en pos de la causa del ascenso, acabó embolsándose en julio de 2010 la nada despreciable suma de 1.627.000 euros.

Para el segundo año, con el equipo en Primera, Vigo tenía un contrato de 1,2 millones de euros, premios de permanencia aparte. Y para el tercero -que ya no disfrutó al ser despedido- en caso de que el equipo militara en Segunda, la cifra disminuía a 500.000 euros. Con ello, tras la última sentencia, el veleño podrá presumir de haber ganado en Alicante más que en toda su carrera deportiva: Algo más de 3 millones de euros. Ya puede estar agradecido a Enrique Ortiz.