Tic, tac; tic, tac; tic, tac... La cuenta atrás para la supervivencia del Hércules CF S. A. D. avanza inexorable hacia la fecha límite del próximo miércoles fijada por Hacienda, pero la solución no se vislumbra. A seis días de que venza el ultimátum para que el club pague o avale los 4,4 millones de euros que debe al fisco bajo amenaza de disolución, el apoderado de la entidad Juan Carlos Ramírez busca el apoyo de la afición en medio de la compleja negociación abierta en los frentes político y tributario. Mientras, el empresario Enrique Ortiz -que hace ya 17 años que tomó las riendas del club con reiterados incumplimientos ante sus acreedores- optó ayer por guardar silencio.

En esta hora crítica de la entidad blanquiazul, Ramírez quiere implicar a la desmoralizada parroquia herculana para intentar «ablandar» a la Agencia Tributaria, que se muestra inflexible tras los continuos impagos del Hércules y el pasado martes tumbó en un abrir y cerrar de ojos el plan de pagos que planteó el club como alternativa al requerimiento del aval por los 4,4 millones.

Aunque los detalles de esa llamada a la adhesión de la hinchada de cara al partido del próximo domingo (18.00) en el Rico Pérez están aún por concretar, la entidad recalca que se trata de evidenciar que la afición está con el equipo, pero que también respalda a la institución en uno de los momentos más delicados de sus 95 años de historia. «El herculanismo tiene que entender que la prioridad en estos días es la supervivencia de la entidad, por encima de la marcha deportiva del equipo», explicaron ayer fuentes del club.

El Hércules busca la fórmula para que la afición evidencie su cierre de filas en defensa de la salvación de la entidad con el objetivo de fondo de intentar rebajar el rigor de la Agencia Tributaria.

«Vistos los antecedentes y la situación actual del expediente, no es posible que sea tomada en consideración la propuesta», replicó Hacienda el pasado martes a la contraoferta del Hércules, que se resumía en el pago inmediato de 560.000 euros y de un 5% anual de la deuda mientras el equipo milite en Segunda B.

A pesar de que el propio alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, intercedió a favor del Hércules y calificó de «seria y razonable» la contraoferta planteada por el presidente Carlos Parodi, Hacienda rechazó la nueva propuesta de acuerdo singular y recalcó la necesidad de un aval bancario sobre el total de la deuda y de reducir los plazos planteados.

Tampoco ha sido receptiva la Asociación de Herculanos a la llamada de adhesión que pergeña Ramírez. «Es inapropiada porque son ya muchos años de falsas promesas, de mala gestión y de ninguneo a la afición», explicó Quique Tébar, presidente de la agrupación. «Ramírez no es el culpable de la situación del club, pero tampoco está siendo la solución porque no se percibe una renovación», agregó.