Javier García Portillo, principal responsable de la parcela deportiva del Hércules, todavía no tiene la autorización de Juan Carlos Ramírez y Enrique Ortiz para poner los cimientos del nuevo equipo. «Primero tienen que arreglar todo lo institucional, que no es poco», reconocía ayer con resignación el exjugador de Aranjuez.

Una vez finalizada la Liga, el Hércules tiene por delante uno de los veranos más largos que se recuerdan ya que aún quedan tres meses para que arranque la nueva temporada. Y la primera misión del presidente Ramírez es llegar a un acuerdo con Hacienda para saldar la deuda de cuatro millones, ya que sin este nuevo convenio el Hércules quedaría abocado irremediablemente a la disolución. La Agencia Tributaria ha rechazado en las últimas horas una última propuesta del club en la que Ramírez se comprometía a pagar directamente un millón de euros (equivalente a los pagos de una temporada) y avalar otro millón. Pero Hacienda exige garantías de la cantidad total y las negociaciones siguen abiertas.

Mientras tanto, el nuevo presidente conocerá en breve el precio de salida de las acciones del Hércules en poder del IVF, que serán subastadas. Ramírez y Ortiz insisten en que no avalarán ninguna cantidad sin antes ser los legítimos dueños del paquete mayoritario de títulos. En principio, ambos confían en adquirirlo por unos 300.000 euros. Todo parece indicar que la subasta se llevará a cabo antes de que acabe este mes.

Por su parte, Portillo confiaba en poder dar esta misma semana la lista de bajas y de jugadores a los que se les ofrecerá la renovación, a imagen y semejanza del curso pasado. Sólo un día después de caer en la última eliminatoria frente al Cádiz, Barroso y Portillo anunciaron que Vicente Mir no seguía como técnico (ahora disputa de nuevo la promoción con el Real Murcia) y también hicieron pública la situación de la mayoría de futbolistas. Ahora las trascendentales negociaciones con Hacienda mantienen bloqueada la parcela deportiva.

Por lo pronto, la plantilla seguirá entrenando como mínimo hasta mediados de la semana que viene pese a que ya no haya competición. Los futbolistas tienen contrato hasta el 30 de junio y el club se niega a darles mes y medio de vacaciones tras el fracaso que ha supuesto ni siquiera disputar la promoción.

Portillo y Ramírez ofrecerán la renovación a Pol Bueso, Chechu Flores y Paco Peña, mientras que la continuidad de Miñano es una incógnita. Se dan por segura las salidas de Chema, Dalmau, Espinosa, Nieto, Mainz y Lolo, así como las de Juan Delgado y Fernando Román, que vuelven al Levante y Alcorcón.