La tardanza en la respuesta de la Agencia Tributaria al último plan de pagos de la deuda de 4,2 millones de euros propuesto por el Hércules no sólo mantiene paralizada la planificación deportiva de la próxima temporada, sino que también deja en suspenso el resto de gestiones previstas para garantizar la viabilidad económica e institucional de una entidad casi centenaria y en serio peligro de liquidación.

El presidente Juan Carlos Ramírez presentó el pasado 26 de mayo su oferta definitiva a Hacienda como el último recurso a su alcance para mantener a flote un club «en situación crítica y en la UVI». El nuevo dirigente mantiene que el «sí» de Hacienda es fundamental para intentar sanear una entidad que arrastra un «agujero» de 25 millones de euros y una deuda superior a los 30 millones.

Salta a la vista que la situación económica del Hércules es escalofriante, como constata el informe de auditoría independiente de las últimas cuentas del club depositadas el pasado mes de enero en el Registro Mercantil. De hecho, el auditor alerta de los «riesgos e incertidumbres» que amenazan la viabilidad de la entidad.

Además del patrimonio neto negativo de 25 millones, que sitúa a la sociedad en causa de disolución, el último balance financiero de la entidad refleja 60 millones de euros por pérdidas de ejercicios anteriores, así como la provisión de 6,9 millones que tuvo que incluir al cierre del ejercicio por la reclamación de la Unión Europea por ayudas estatales ilegales. Una provisión que dio al traste con un beneficio anual de 77.000 euros.

Los 60 millones de pérdidas reflejados en el balance corresponden a cinco temporadas, de la 2006-07 a la 2010-11, en las que el club militó las cuatro primeras en Segunda A y la última y más reciente en Primera. Paradójicamente, ese curso de infausto recuerdo, el último en la élite, el de Drenthe, Trezeguet y compañía, se cerró con un resultado negativo de 27,4 millones de euros. Y culminó, como es sabido, con el descenso de categoría, impagos a jugadores y proveedores y ruina general. De aquellos polvos, estos lodos.

El auditor de las cuentas del Hércules concluye que la crítica situación económica de la que habla Ramírez es «un factor de riesgo» que pone en duda «la capacidad de la sociedad para generar los flujos de efectivo necesarios que permitan cumplir los convenios particulares con Administraciones Públicas, el actual convenio ordinario de acreedores y los compromisos de pago asumidos en los mismos».

A la espera de la respuesta de Hacienda sobre el acuerdo singular por la deuda de 4,2 millones, el club ya ha presentado al Juzgado de lo Mercantil 1 de Alicante su propuesta de modificación del convenio con los acreedores ordinarios con la intención de empezar a pagar en 2020 los nueve millones que les adeuda.

«Las circunstancias descritas», concluye la auditora de las cuentas registradas por el Hércules, «son indicativas de una incertidumbre significativa sobre la capacidad de la sociedad para continuar su actividad de forma que pueda realizar sus activos y liquidar sus pasivos».

El propio club reconoce en su último informe de contabilidad que «la continuidad de las actividades de explotación de la sociedad en el futuro» está en peligro. Y por ello considera fundamental que Hacienda dé luz verde a la última propuesta de Ramírez de pagar de inmediato dos millones de euros y avalar los 2,2 millones restantes con garantías inmobiliarias reales. En su hoja de ruta hacia la supervivencia, la entidad también plantea el pago fraccionado de los 6,9 millones a la UE siempre que el equipo milite en el fútbol profesional y cuenta con hacerse con el 72% de las acciones del club que el IVF subastará este mes.