n Quique Hernández ya se ha ido, pero su legado en el Hércules sigue presente tras apenas ocho meses de trabajo al frente de la presidencia. Aunque la abrupta dimisión del que fuera también entrenador en tres etapas distintas ha abierto heridas en los despachos del Rico Pérez, los accionistas mayoritarios aún le reconocen en público «la gran labor institucional» realizada por el extécnico de Anna.

Hasta el punto de que su antecesor en el cargo directivo, Juan Carlos Ramírez, reconoció ayer que el candidato a la presidencia «debe ser una persona que quiera al Hércules y sea querida por el herculanismo; que tenga carisma mediático y social y sea capaz de seguir la labor desarrollada en estos ocho meses por Quique Hernández».

El empresario vasco indicó que aún no ha hablado con el otro inversor de referencia, Enrique Ortiz, sobre qué personas en concreto se ajustan a ese perfil para darle continuidad «a la gestión de acercamiento del club a la sociedad alicantina y al herculanismo».

Tampoco se han marcado una fecha en concreto para que el sillón presidencial esté ocupado. Tras la renuncia de Hernández, el consejo de administración del Hércules se reduce a tres consejeros, que es el mínimo legal exigido.

Con Rafael Ramos, abogado de Ramírez como secretario, el consejo lo integran hoy el incombustible Valentín Botella, expresidente y exvicepresidente en diferentes etapas; Miguel Ángel González, hombre de la confianza del empresario vasco, con el que ha trabajado en su grupo empresarial relacionado con la automoción; y José León, hombre próximo a Ortiz, al igual que Botella.

Fuentes del consejo barajan la posibilidad de que se reúna la próxima semana para la aceptación formal de la dimisión de Hernández en la presidencia, un trámite que supone el paso previo al nombramiento de su sustituto, el cuarto presidente en año y medio.