El Valencia desvió ayer la atención y derivó al Hércules la responsabilidad sobre la discriminación a los ciudadanos de Alicante a los que se vetó la entrada el domingo para el partido Mestalla-Hércules. Sin embargo, el máximo responsable autonómico del deporte, el conseller Vicent Marzà, fue tajante en su crítica al procedimiento empleado por el club che en su ciudad deportiva: «Consideramos inaceptable el veto del València CF a los aficionados alicantinos. No se puede marginar a nadie en función del lugar en el que nace», escribió Marzà en su twitter. Más lejos fue aún el director general de Deporte, Josep Miquel Moya, que habló de «hecho insólito» y «discriminación inaceptable» para referirse a los incidentes del domingo en el campo Antonio Puchades, donde mantiene que se vulneró la Ley de Espectáculos Públicos de la Generalitat por exigir los DNI a los espectadores y denegar la venta de entradas a los alicantinos.

La Conselleria de Deporte ya avisó el lunes de que le parecía «inadmisible» y «reprobable» el veto del Valencia CF a los aficionados nacidos o residentes en la provincia de Alicante. Y ayer fue el propio conseller el que rechazó de plano la marginación de los nacidos en esta provincia, que el club de Mestalla intenta justificar por razones de seguridad y aforo de sus instalaciones en Paterna.

«Hemos pedido explicaciones al club y estudiaremos la manera de evitar que esto vuelva a ocurrir», indicó Marzà en twitter a mediodía de ayer, justo 48 horas después de los incidentes y poco antes de que el Valencia rompiera dos largos días de silencio para emitir su extenso comunicado en el que responsabiliza al Hércules y elude cualquier error u omisión propios.

Al mismo tiempo, la Dirección General de Deporte emplazó ayer a «los máximos responsables» de la entidad valencianista a impedir que se repita «una medida como la empleada el pasado domingo en el partido celebrado en la Ciudad Deportiva de Paterna entre el Valencia Mestalla y el Hércules CF, en el cual se prohibió la entrada de los aficionados del equipo alicantino».

«Cuando tuvimos conocimiento de la polémica y ante el que entendemos como un hecho insólito y que podría suponer una discriminación inaceptable, contactamos con los máximos responsables del Valencia CF» explicó Moya. «Una vez escuchada la argumentación de los dirigentes del club, estamos plenamente convencidos que la decisión fue tomada estrictamente por motivos de seguridad y para evitar posibles incidentes dentro del estadio, en el marco del Reglamento de Prevención de la Violencia. Aun así», prosiguió, «la fórmula empleada no ha sido, de ninguna forma y como reconocen desde el propio club, la más acertada». De hecho, un portavoz del Valencia admitió el lunes que el procedimiento de exigir el DNI fue «evitable y mejorable».

El director general de Deporte recalcó al club che que la exigencia de los carnés de identidad «supone una discriminación por el lugar de nacimiento y una generalización arbitraria y sin ningún criterio de la sospecha de potenciales provocadores de actos violentos. Además, a pesar de que el Valencia CF puede ejercer su derecho de admisión, se tiene que hacer atendiendo lo que dispone la Ley de Espectáculos Públicos de la Generalitat, extremo que no se ha producido en esta ocasión».

Después del rapapolvo, y en tono más conciliador, Moya lamenta que los incidentes de Paterna hayan supuesto «un enfrentamiento entre dos clubes históricos de nuestro fútbol». Al mismo tiempo, pide a Valencia y Hércules «que comiencen una vía de diálogo constructivo y que, a pesar de la defensa legítima de sus intereses particulares, sean capaces de anteponer los valores inherentes al deporte».