El Hércules se ha propuesto solucionar el «caso Planagumà» entre el lunes y el martes. El límite son 48 horas y se espera un desenlace en cualquier momento, incluso mañana por la mañana cuando ambas partes se reúnan en el Rico Pérez para poner el punto y final a la temporada 19/20. El entrenador barcelonés reconoció públicamente el sábado, al término del duelo ante la Ponferradina, que estaba «dolido y defraudado» por no haber conseguido el objetivo del ascenso y llegó a asegurar que el equipo necesita «otra energía» para volver a empezar de nuevo.

Más allá de la textualidad de estas frases, la relación entre Planagumà y Portillo se ha deteriorado en los últimos meses por pequeños roces en el día a día. Tampoco ayudó el asunto de su renovación. El Hércules no le quiso prolongar el contrato a mitad de curso (pese a la declaración de intenciones del director deportivo) y cuando sí estuvo por la labor de hacerlo (ya con la promoción en el bolsillo), el entrenador prefirió esperar a acabar el curso, lo que dio lugar dentro del club a diferentes especulaciones por si había entablado conversaciones con otro club, algo que Planagumà siempre ha negado. De hecho, todo parece indicar que si abandona el Hércules no recalará en ningún equipo de inmediato.

La plantilla y el cuerpo técnico están citados mañana por la mañana en el Rico Pérez para recoger sus pertenencias y despedirse y será después cuando Portillo y el joven entrenador barcelonés se reúnan. El director deportivo aseguró a este diario que su renovación es «la primera opción» aunque también dejó claro que si el técnico no está ilusionado, el cónclave acabará en pocos minutos, le agradecerá los servicios prestados y le deseará suerte de ahora en adelante, pero lejos de Alicante.

Planagumà dejó entrever en El Toralín que no renovaría, pero con el paso de las horas la postura no es tan firme, sobre todo tras recibir el apoyo del dueño del club Enrique Ortiz y también de su socio Juan Carlos Ramírez. El entrenador ha discrepado con Portillo en varios puntos y uno de ellos es el de las renovaciones. Ambos estaban de acuerdo en dar continuidad al portero Falcón y al pivote Diego Benito, entre otros, pero con los capitanes Samuel y Chechu había discrepancias y todo parece indicar que ambos se marcharán pese a ser insustituibles para el entrenador.

El Hércules quiere renovar al técnico que le ha llevado a la final por el ascenso tras dirigir la friolera de 44 partidos en una temporada, pero algunas voces también lamentan que el equipo no acabara como líder tras la gran inversión realizada. Tampoco ha gustado el paupérrimo bagaje goleador (menos de un tanto por partido en Liga) pese a contar con delanteros como Benja, Carlos Martínez y Jona. Además, la fase decisiva finalizó con el regusto amargo de haber ganado sólo un partido de los seis disputados.

Planagumà, de 38 años, llegó al Hércules hace un año y su fichaje fue una apuesta arriesgada de Portillo, ya que el técnico fue despedido pronto en el UCAM Murcia y hasta entonces su bagaje se limitaba a equipos filiales: Granada, Villarreal y Espanyol. En su favor cuenta también la ilusión y el hambre que transmitió desde el primer día, su conexión con la plantilla y es innegable que la temporada ha sido de notable alto en términos generales ya que se peleó por el liderato hasta la penúltima jornada y se llegó a la final por el ascenso tras eliminar al Barakaldo y al Logroñés.