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Las 5 asignaturas pendientes de Muñoz

El nuevo entrenador se fija como prioridad reducir los «errores groseros» en defensa que han costado 11 goles en 6 partidos

El nuevo técnico, Jesús Muñoz, da instrucciones en un entrenamiento del Hércules. héctor fuentes

El nuevo entrenador del Hércules Jesús Muñoz pudo comprobar el sábado en Llagostera que el equipo alicantino hace aguas por varias vías y, además, es un imán para todo tipo de desgracias, ya sea en forma de arbitrajes, errores groseros u ocasiones desperdiciadas. Un punto de 18 es un bagaje tan preocupante que en el Rico Pérez todos andan ya con las orejas tiesas porque la grada empieza a cansarse y ante el Orihuela alzó la voz pidiendo la marcha del director deportivo Javier Portillo. Estas son las principales asignaturas pendientes que tiene el recién llegado Muñoz:

01 Recuperar la autoestima de un vestuario hundido

Casi todos los jugadores supervivientes de la pasada temporada comenzaron la actual con la mente puesta en la eliminatoria final ante la Ponferradina por mucho que el entonces técnico Lluís Planagumà alargara al máximo las vacaciones para que desconectaran y resetearan. El Hércules acabó la competición el 29 de junio, cuando el resto de plantillas ya estaba confeccionadas y el inicio de la nueva Liga pilló a todo el mundo con el pie cambiado. Los malos resultados minaron además el ánimo del vestuario, que no ha dejado de recibir golpes. «Todos los jugadores están por debajo de su nivel, eso es algo que ve todo el mundo», afirmó el nuevo técnico Jesús Muñoz en su presentación. El preparador conquense ha incidido de puertas hacia adentro en que todos empiezan desde cero y en su primera alineación dio galones a Yeray González, fichado este verano a golpe de talonario y quien hasta el momento apenas ha dejado su sello en el equipo. Debe aportar un salto de calidad en la sala de máquinas y en Llagostera se mostró más participativo. Otros jugadores clave como el delantero Benja y el mediapunta Alejandro Alfaro necesitan una importante inyección de autoestima.

02 Sin criterio en la sala de máquinas

El año pasado se rozó la gloria pero en aquella plantilla había un importante déficit en la sala de máquinas que tampoco salió a relucir con crudeza porque Diego Benito y Fran Miranda lo jugaron absolutamente todo y apenas sufrieron lesiones. Este verano el Hércules tiró de talonario para convencer a Yeray González, pero su aportación hasta el momento ha sido testimonial ya que andaba fuera de forma. Muñoz le dio la alternativa de inicio en su primer once y confía en que empiece a crecer. También es clave que el «cerebro» Diego Benito pase el luto de Ponferrada cuanto antes y vuelva al nivel del curso pasado, sobre todo en el Rico Pérez, donde Muñoz quiere que el Hércules sea protagonista a través del balón. Fran Miranda no ofrece dudas debido a que su despliegue físico siempre es parecido y está por ver el rol que desempeña Jaime Alvarado. El colombiano renovó por deseo expreso de Planagumà, ya que tenía en mente jugar muchos partidos con tres mediocentros, algo que en principio Muñoz parece no tener previsto ya que hay muchas alternativas en ataque como para gastar tres balas en el centro del campo.

03 Una defensa de cristal: 11 goles en 6 partidos

La pérdida de la solvencia defensiva es la gran novedad respecto al curso pasado. Incomprensiblemente, el Hércules se ha convertido en el equipo más goleado del grupo III al recibir casi dos goles por partido (11 en 6 jornadas). Más que un problema estructural o meramente técnico/táctico, el causante son los «errores groseros» cometidos en el área propia, tal y como reconoció Jesús Muñoz después del choque en Llagostera, que se fue al garete por dos penas máximas, la primera dudosa de Fran Miranda y la segunda muy clara de Pablo Íñiguez. «No nos puede meter dos goles un equipo que solo tira a puerta en los penaltis, cometemos errores groseros y hay que ser más maduros, sobre todo en algunas zonas», criticó el nuevo entrenador. Los centrales Samuel, Pablo Íñiguez y Álvaro Pérez continúan de la temporada pasada. Únicamente llegó el lateral izquierdo Rulo (suplente de Nani), el joven central Teo Quintero, y el lateral derecho Felipe Alfonso. Este último merece capítulo aparte ya que en la primera jornada pidió el cambio por molestias en el pubis y desde entonces está fuera de combate. Aunque el nuevo entrenador quiere que el Hércules sea dominador de los partidos a través del balón, ya ha transmitido al grupo que la prioridad es recuperar la solidez defensiva ya que sin ella será imposible crecer. El calendario no afloja y el equipo blanquiazul medirá sus fuerzas el domingo con un Barcelona B que casi siempre se apodera del balón en el Rico Pérez y hace sufrir lo indecible al Hércules. Buena piedra de toque para medir la mejoría blanquiazul 15 días después de la llegada de Muñoz.

04 Sin gol no hay paraíso: el mismo mal de siempre

Nuevos tiempos, viejos males. La única buena noticia en este apartado es que Carlos Martínez, máximo goleador del curso pasado (13), marcó en Llagostera y fue el mejor. Está de vuelta y el Hércules con él solo puede salir ganando. Pero sus compañeros de ataque andan de capa caída. Jona cayó lesionado el sábado y suma dos años sin marcar. Planagumà se opuso frontalmente a su continuidad, pero Portillo la avaló. Por su parte, Benja, llegado el pasado mes de enero, ahora mismo es la sombra del delantero que marcaba diferencias en la Cultural y el Elche. Y apenas se ha visto tampoco a Alejandro Alfaro, fichado este verano a golpe de talonario. Los extremos Borja Martínez y Jesús Alfaro tampoco se han estrenado pese a disponer de varias ocasiones claras y el nuevo técnico está convencido de que los goles acabarán llegando.

05 Implementar un estilo propio en un bloque a la deriva

El estilo de juego de Planagumà tenía pocos adeptos en Alicante pero estaba bien definido: agresividad y solvencia defensiva y velocidad en las bandas y el ataque. Al técnico barcelonés no le interesaba el juego combinativo. Portillo fichó a Jesús Muñoz en busca de una reacción pero también de un cambio de estilo. El preparador conquense era la mano derecha de Paco Jémez y aspira a que el Hércules sea protagonista de los partidos a través del balón, sobre todo en el Rico Pérez. Algo de esto se vio ya en Llagostera, pero en apenas semana y media se ha dado cuenta de que un cambio radical inminente es imposible y la prioridad es deja de encajar goles con tanta facilidad.

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