El agujero infinito. El Hércules capea como puede la peor temporada de su historia. En lo deportivo y pese al balón de oxígeno que supuso la victoria en Sabadell, el equipo sigue en puestos de descenso a Tercera; en lo económico, el club afronta la temporada más cara en esta etapa en Segunda División B. Alrededor de dos millones y medio de euros. Lo que ya era un proyecto ambicioso económicamente ha aumentado tras el agitado mes de enero, en el que ocho futbolistas han abandonado el club y otros seis han desembarcado en el Rico Pérez. En total, el mercado invernal le ha costado al Hércules 248.000 euros.
A mediados de diciembre Juan Carlos Ramírez asumió la dirección deportiva y señaló a Paquito Escudero y Paco Martínez como hombres de confianza. Los tres depositaron su fe en Vicente Mir para asumir el maltrecho banquillo blanquiazul. El objetivo, evitar un desastre que encontró el pasado domingo, siete jornadas después, un clavo ardiendo al que agarrarse. Era la primera cita tras el cierre de un mercado que la pasada semana Mir calificó de «horroroso» por lo que supuso anímicamente para su vestuario.
La plantilla, ciertamente, sufrió un gran lavado de cara durante el mes de enero, en el que salieron pesos pesados del vestuario como Carlos Martínez (por el que el Hércules percibió una cantidad casi simbólica, en torno a 5.000 euros), Fran Miranda o Borja Martínez. La cantidad de operaciones del mercado ha aumentado el coste de la plantilla, a pesar de que Juan Carlos Ramírez y Enrique Ortiz se hayan ahorrado 37.000 euros hasta final de temporada con la salida de dos de los seis futbolistas que han abandonado la entidad blanquiazul. En total, el Hércules descontó esos 37.000 euros en enero pero hubo de desembolsar 285.000 entre las nuevas nóminas de los fichajes y la rescisión de dos de los futbolistas.
Concretamente la del lateral zurdo Rulo, que le restaba medio año de contrato y con el que se llegó a un acuerdo satisfactorio, y con Alejandro Alfaro, cuyo caso no ha terminado todavía de resolverse. El futbolista andaluz y el Hércules tendrán que verse las caras en la Magistratura de Trabajo en el acto de conciliación y en caso de no haber acuerdo, ambas partes habrían de ir a juicio, aunque se presume el buen entendimiento porque el club no ha llegado a ir a juicio con ningún futbolista desde el descenso de Primera División en 2011. Sea como fuere, el club alicantino ya ha presupuestado ese desembolso aproximado en el gasto de 248.000 euros de aquí hasta final de temporada.
La que ya es la temporada más cara de estos seis años en el tercer escalón del fútbol español incluye el finiquito de Lluís Planagumà, el de Jesús Muñoz y el contrato de Vicente Mir; a la sazón, tercer entrenador en lo que va de curso si no se cuenta la jornada interina que dirigió José Vegar al equipo, hace exactamente una vuelta, ante el Orihuela.
Ortiz y Ramírez estuvieron dispuestos a que el desembolso en este curso fuera mayor, ya que en la última semana de mercado hicieron saber a la dirección deportiva que veían con buenos ojos la incorporación de algún futbolista más. Sin embargo, la secretaría técnica no encontró en las últimas horas de mercado ningún jugador que cumpliera los requisitos.
Pérdida de ingresos
El triste rumbo deportivo de esta temporada afecta significativamente a las arcas del club porque dejará de percibir los 400.000 euros que se ingresan por disputar el play-off de ascenso, además de la cantidad de las televisiones, en caso de retransmisión.
