Un día después de anunciarse el parón del fútbol modesto español durante, al menos, las dos próximas semanas, el Hércules comenzó ayer a blindarse contra la expansión del virus y cerró a cal y canto el estadio José Rico Pérez para cualquier persona que no sea jugador del primer equipo, técnico o personal autorizado del club. El conjunto de Antonio Moreno se entrenará a puerta cerrada durante este «período excepcional» y planifica una mini-pretemporada de dos semanas «a ciegas» porque no existe ninguna certeza de que la competición se pueda reanudar el último fin de semana de marzo en la 31ª jornada de Liga frente al Castellón en el Rico Pérez. Por su parte, La Nucía lleva más lejos el aislamiento y suspende hasta el próximo jueves todos los entrenamientos de su primer equipo, que milita en el mismo grupo que el Hércules.

El club blanquiazul destacó que su plan de acción contra el coronavirus está recomendado por las autoridades sanitarias y lo justificó «desde la responsabilidad como entidad ante la crisis social y sanitaria que padecemos y en consonancia con el resto de equipos de la Comunidad Valenciana».

Además del trabajo a puerta cerrada del primer equipo, se suspenden todos los entrenamientos del fútbol base, las ruedas de prensa, las entrevistas y todos los actos oficiales e institucionales previstos para las próximas fechas.

«El acceso a las instalaciones del Estadio Rico Pérez queda reducido solo a jugadores, técnicos y personal autorizado por el club», prosigue el comunicado del club.

Asimismo, los servicios médicos del Hércules, siguiendo las directrices del Ministerio de Sanidad, han elaborado un documento interno para todos los jugadores, técnicos y empleados de la entidad con las medidas preventivas necesarias para contener la propagación del virus.

En cuanto al nuevo escenario de preparación que se le presenta al equipo, el cuerpo técnico blanquiazul que dirige Moreno se reunió ayer para intentar fijar un calendario de trabajo «con cierta normalidad» para los próximos 15 días, marcados en el deporte mundial por la cancelación de todas las competiciones para frenar el avance de la pandemia.

El Hércules tiene previsto entrenarse hoy viernes y mañana sábado por la mañana, al tiempo que estudia la posibilidad de disputar algún «partidillo» frente al filial que entrena Carlos de las Cuevas. «Intentaremos entrenar con normalidad la próxima semana, pero es complicado ajustar el programa de preparación física para llegar en el tono óptimo a los partidos oficiales cuando no sabes exactamente cuándo se retoma la competición», explicaron en el club blanquiazul.

De momento, la plantilla se lo toma con serenidad y confía en que la crisis se resuelva cuanto antes para poder volver a jugar con público en los estadios. «Hay que acatar la norma y respetar la decisión del club y la Federación y entrenar a tope, que es nuestro trabajo y responsabilidad», explicó ayer el central Pablo Íñiguez, uno de los capitanes. «Tenemos que seguir las instrucciones que se nos den y esperemos que se solucione pronto para volver a jugar con público porque no es bonito ni para nosotros, ni para los aficionados, que se juegue a puerta cerrada».

Pese a la mala racha de resultados del equipo, que no ha marcado ni ganado en las cinco últimas jornadas, Íñiguez destacó que ve al Hércules «muy bien, con mucha ilusión y entrenando a tope. Estamos mucho más tranquilos, a pesar de que se acerca el final de la competición. Nos hemos quitado ese miedo y ese exceso de responsabilidad con el que se nos ha visto gran parte de la Liga y vemos este tramo final como un reto para afrontarlo con alegría, tranquilidad y confianza».

En principio, este parón por el coronavirus no tendrá gran influencia sobre la «enfermería» del Hércules, toda vez que el único jugador lesionado, el lateral Felipe Alfonso, no tiene previsto reaparecer hasta finales de abril tras lesionarse el pasado 22 de febrero en la visita al Barcelona B, en la que sufrió una rotura en el tendón del músculo semimembranoso de su pierna derecha. El mediocentro Sergio Jiménez, que no fue convocado por molestias en el último partido ante el Ebro, ya se entrenó ayer con el equipo.

Mientras, La Nucía -décimo clasificado en el grupo III de Segunda B y con la permanencia prácticamente en el bolsillo- suspendió los entrenamientos del primer equipo durante una semana hasta el próximo jueves, que lo hará a puerta cerrada en el Camilo Cano, y todos los de sus demás equipos hasta el 23 de marzo.

A su vez, el colista del grupo, el Orihuela, se entrenó ayer en Campoamor y descansará los próximos cuatro días para retomar con normalidad el trabajo a partir del martes 17.