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Ortiz: «He puesto 72 millones en el Hércules y no lo dejaré en las manos de cualquiera»

El máximo accionista considera inviable la venta del club mientras siga en Segunda B «porque no le interesa a nadie y no es negocio»

Ortiz: «He puesto 72 millones en el Hércules y no lo dejaré en las manos de cualquiera»

El máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz, rompió ayer su habitual estrategia del silencio para cerrar filas con su socio en el club, Juan Carlos Ramírez, al que considera «imprescindible» para la supervivencia del club por el millón de euros que aporta anualmente a las arcas blanquiazules el inversor vasco.

En declaraciones a INFORMACIÓN, Ortiz salió en defensa de Ramírez horas después de que varios colectivos y peñas del Hércules reclamaran su salida del club por su «nefasta gestión» en los últimos años y por el fiasco protagonizado días atrás con la frustrada contratación de Carmelo del Pozo como nuevo director deportivo para la próxima temporada.

A este respecto, el empresario que controla la entidad blanquiazul en los últimos 21 años asegura que se le ofrecieron «plenos poderes» a Del Pozo, pero el exdirector deportivo del Depor declinó finalmente hacerse cargo de un equipo de Segunda B. En cuanto al anuncio de venta del club hecho público por el presidente Quique Hernández, el accionista de referencia ve «inviable» que nadie lo compre mientras siga en la categoría de bronce y recalca que no va a dejarlo «en manos de cualquiera» después de haber aportado a la entidad 72 millones de euros de su patrimonio en estos dos últimos decenios.

Defensa cerrada

«Ramírez es necesario para este club y deja trabajar a los técnicos, aunque dé su opinión»

Las críticas de los aficionados blanquiazules y de los medios a la gestión de Ramírez tras el catastrófico año del Hércules y el fracaso de la «operación Del Pozo» hicieron saltar ayer a Ortiz, que salió en cerrada defensa de su socio, del que dice que no se puede prescindir en el club «para hacer un proyecto serio e ilusionante», que no debe bajar de los tres millones de euros de presupuesto y de los que el inversor vasco aporta la tercera parte cada ejercicio desde hace seis.

El accionista de referencia niega la mayor sobre las posibles injerencias de Ramírez en la parcela técnica -como sucedió el curso pasado al nombrar al entrenador Vicente Mir y a los secretarios técnicos Paquito Escudero y Francisco Martínez- y asegura que el inversor vasco «no condiciona a ningún responsable técnico, aunque sí se permite opinar a toro pasado con algún arrebato cuando algo no funciona porque le gusta el fútbol y tiene derecho a hacerlo, puesto que pone un millón cada año. Ramírez opina, pero no impone», puntualiza sobre su aliado.

Ortiz recalca que necesita a su lado al inversor vasco -que a comienzos de año insinuó que se marcharía el 30 de junio- porque él no puede aportar más de un millón de euros al año. «Cualquiera otro en mi lugar cerraría el Hércules o se lo traspasaría al primero que pasase por aquí, pero yo no quiero cerrar el club y no puedo poner dos millones, por eso necesito a Juan Carlos; es imprescindible», indicó, al tiempo que deslizó la existencia de «intereses políticos» en un sector crítico de la afición para que ambos «desaparezcan» de la entidad blanquiazul.

Dirección deportiva

«Del Pozo no quería bajar a 2ª B. Se le dieron plenos poderes y autonomía para trabajar»

El máximo accionista asegura que siempre tuvo la convicción de que Del Pozo -exdirector deportivo del Depor, Oviedo, Levante y Betis, entre otros clubes- no iba a aceptar la oferta de tres años que le planteó el Hércules, «porque no quería bajar a Segunda B, a pesar de que se le garantizaron por escrito plenos poderes y completa autonomía para trabajar en todas las parcelas técnicas del club».

El Hércules le ofreció un presupuesto de 1.750.000 euros para confeccionar el equipo en su primera campaña y sí que le planteó que todos los gastos que excedieran esa cantidad inicial deberían ser autorizados por el club; y más concretamente por Ramírez. «También se le concedió a Carmelo la llegada de dos ayudantes para el cuerpo técnico [ Alejandro Varela y Ángel Becerra] y de un tercero [el exjugador blanquiazul Juanmi Gilabert] para toda la estructura del fútbol base, que también pasaba a ser de su estricta competencia», añadió Ortiz.

El acuerdo por escrito que le envió el club incluía asimismo el acondicionamiento de las abandonadas instalaciones de Fontcalent para el entrenamiento del primer equipo y dejó fuera cualquier cláusula de exigencia de acabar entre los ocho primeros la próxima temporada para asegurarse, al menos, el ascenso a la Segunda B-Pro, categoría de nueva creación para el curso siguiente, el 2021-22, y objetivo estratégico de la entidad a las puertas de su centenario.

Venta del club

«No se ha interesado nadie por la compra del Hércules y ninguno quiere este escudo como yo»

La enésima crisis que salpica al Hércules al cierre de este convulso ejercicio también señala a Ortiz por su intención de vender el club, anunciada por Quique Hernández, el pasado 12 de febrero, sin que hasta el momento haya trascendido ninguna oferta en firme. El dueño de la entidad desde noviembre de 1999 aseguró ayer que la propuesta de venta «a empresarios alicantinos preferentemente» partió de Quique Hernández y él la vio con buenos ojos, «pero siempre que fuera gente de garantías y solvente, dispuesta primero a hacerse cargo de la deuda porque no lo vamos a dejar en manos de cualquiera; tendrán que explicar dónde está el dinero, poner avales y ser realistas». La deuda del Hércules con Hacienda se acerca a los cuatro millones y con los acreedores ordinarios ronda los nueve millones.

«Pero no ha venido nadie, ni va a venir mientras estemos en Segunda B, porque ni el Hércules, ni el fútbol son un negocio, y menos en esta categoría», apostilló Ortiz, que cifró en 72 millones de euros su aportación a la entidad en estos 21 años y lamentó la falta de ayudas públicas con que sí cuentan otros clubes «cuando todos deberíamos ir de la mano con el Hércules».

«No me puedo ir del club porque lo tendría que cerrar yo», agregó. «Esto es una pasión más que un negocio y no creo que nadie quiera más a este escudo que yo», concluyó el empresario, que asegura que el Hércules le debe seis millones de euros en concepto de préstamos «más los 18 millones del aval del Instituto Valenciano de Finanzas, pero sólo se los exigiría a un comprador en última instancia, una vez saldada la deuda y cuando el club esté en el fútbol profesional».

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