«El Hércules es un gigante de la categoría». Así lo entiende Sergio Buenacasa (Zaragoza, 19 de abril de 1996), el «9» del nuevo proyecto blanquiazul que lideran David Cubillo y Carmelo del Pozo, presentado ayer oficialmente en el Rico Pérez, a un mes de que arranque la competición en Segunda B. «Es un nuevo reto, estoy superilusionado y no es ningún paso atrás bajar de categoría para competir y crecer con este proyecto tan ambicioso», destacó el jugador aragonés de 24 años, que llega a Alicante tras disputar la pasada temporada 14 partidos en Segunda A con el Málaga, al que llegó cedido del Mallorca de Vicente Moreno, previo paso por la Ponferradina. «Necesitaba un club que creyera en mí», recalcó.

Jugador polivalente en ataque, se siente más cómodo arrancando desde la banda izquierda para buscar la portería, pero también puede actuar como segundo punta y ariete, «o de lateral si el míster lo considera oportuno», puntualizó.

Sobre la fuerte apuesta en ataque de este Hércules, con el Toro Acuña y Benja Martínez marcando en los dos últimos amistosos y un buen número de extremos con llegada -Jesús Alfaro, Borja Martínez, Pedro Sánchez-, Buenacasa mantiene que «la competencia es sana y refuerza al equipo porque no se nota en el campo cuando se introducen cambios».

El delantero aragonés prefiere no marcarse el reto del ascenso a Segunda «porque es un objetivo lejano y no hace bien. Lo que debemos hacer», añadió, «es fijarnos el objetivo del 18 de octubre para ganar el primer partido y todos los siguientes. Se van a jugar tantos play-off que parece imposible hablar tan pronto de un ascenso».

Buenacasa tampoco quiso fijarse un número de goles para esta temporada de blanquiazul. Su mejor registro son 14 dianas con el Barakaldo en Segunda B en la temporada 2017-18, en la que jugó 38 partidos. El «9» del Hércules reconoce que el equipo cuenta con nombres de prestigio como Erice, Tano, Pedro Sánchez y otros, «pero eso no nos va a hacer ganar la Liga o ascender. Para conseguirlo, tendremos que morder en cada partido, aprovechar las ocasiones de gol que tengamos y ser cabrones atrás para que nadie nos haga gol».