Siete meses después del parón que congeló el mundo, el Hércules encara la recta final para iniciar una nueva temporada. El club, ahora confinado de nuevo hasta el viernes por la aparición de dos positivos en la plantilla, solucionó alguno de los problemas que le acuciaban en marzo, aunque todavía sigue sin atar otros que ya le ahogaban entonces y que siguen amenazándole ahora.

Sin presidente

Una poltrona que quema si se busca tener voz y voto

La pandemia del covid-19 le pilló al Hércules con un presidente recién estrenado, un Quique Hernández que un mes antes, a finales de enero, había decidido regresar a la poltrona presidencial en plena caída libre deportiva del equipo y bajo petición expresa de Enrique Ortiz. Sin embargo, el equipo inició la preparación de la inminente 20-21 ya sin presidente y hoy, tres meses después, continúa huérfano de presidente. A finales de mayo, sólo cuatro meses después de su llegada, Quique optó por renunciar, este vez definitivamente, al cargo de presidente tras constatar de nuevo que querer cambiar el Hércules es chocar contra una pared.

Con el equipo salvado

Un milagro

El equipo, atornillado a los puestos de descenso a Tercera División desde el inicio de la pasada Liga y con el panorama harto complicado cuando llegó el parón por el covid, terminó salvando el pellejo fuera del terreno de juego. La amnistía de la Federación, que decidió que no hubiera descensos en Segunda División B, salvó al Hércules de un sonrojo histórico. Así se puso fin al peor curso de los 98 años de un Hércules que necesitaba un lavado de cara radical que se ha quedado a medias.con una organización

deportiva profesional

El «culebrón Carmelo»

Terminó con final feliz

Carmelo del Pozo fue el elegido por Enrique Ortiz desde el primer momento para cambiar el organigrama deportivo del Hércules, pero la negociación no fue tarea fácil. En un principio la respuesta fue «no» y el máximo accionista del club sondeó a Miguel Melgar, director deportivo del Fuenlabrada, pero también recibió un rechazo. Fue entonces cuando se le ofreció la dirección deportiva a Quique Hernández, quien propuso a Mánix Mandiola como técnico para el nuevo proyecto. Esta vez fue Ortiz quien rechazó la proposición de Quique y el de Anna terminó desvinculándose del club. Finalmente, casi tres meses después del primer contacto, Del Pozo terminó aceptando la propuesta con multitud de matices.

Un club que nunca está en venta

Ortiz pone el club en el mercado para disuadir

Con la crispación de la afición en su grado máximo por el hundimiento deportivo, Ortiz, por boca de Quique, anuncia en febrero que el club está en venta. No obstante, el máximo accionista, 21 años después de la compra del Hércules, no tiene intención de hacerlo. Rechaza varias proposiciones interesantes con respaldo serio e intenta captar nuevos socios, mientras que Juan Carlos Ramírez, salpicado por varios exabruptos, medita su marcha. Ortiz, al que se le estrecha el cerco de búsqueda, tienta a Perfecto Palacio, que descarta la oferta y termina marchándose tiempo después al Intercity junto a Quique.

En deuda con hacienda

3,8 millones de euros por pagar a la Agencia Tributaria

El Hércules sigue siendo uno de los morosos de Hacienda. El club debe 3,8 millones de euros, según publicó el fisco en las últimas semanas. Durante el pasado ejercicio el club rebajó la deuda unos 700.000 euros pero sigue teniendo por pagar una cantidad importante. Tanto si sube a Segunda División esta temporada como si asciende a la nueva Segunda B Pro, el Hércules debe solventar sus problemas con la Agencia Tributaria. Esta urgencia se junta con el inicio de una 20-21 en la que el club ingresará mucho menos por la incertidumbre sobre la presencia de los espectadores en las gradas. El Hércules anunció la pasada semana que había rebasado la barrera de los 1.500 abonados, pero no volvió a informar sobre ello. Se espera que este año la cifra de abonados se resienta; además de la pérdida de ingresos publicitarios.

No hay spónsor

TM no renovó su patrocinio con el Hércules

El Hércules también ha perdido este verano el patrocinio de TM Grupo Inmobiliario que dirige Pablo Serna, que le abonó el pasado curso unos 50.000 euros por llevar la publicidad en las camisetas del primer equipo y también de toda la cantera, además de los diferentes «banners» en el Rico Pérez. De momento, el Hércules no ha encontrado otro patrocinador.

Seguidores molestos

La campaña de abonos irrita a la afición

Algo que no ha cambiado pese al cambio deportivo es la relación con la afición. Los seguidores blanquiazules tampoco recibieron un guiño en la nueva campaña de abonos. Lejos de ello, la propuesta irritó a la afición al tener que pagar 50 euros a fondo perdido y, principalmente, que no hubiera descuento alguno para los niños. Al final, el club reculó en un par de ocasiones, con la campaña ya en marcha, y rebajó el precio a 25 euros para los menores de cinco años.