Aprendemos a golpes, pero con caricias, también. Si no lo hacemos, le abrimos la puerta al desastre. David Cubillo, que, como todos, se está adaptando a un club con 20 años de historia en Primera, mejoró sus decisiones de un partido a otro siendo los dos iguales en la forma. Perfecto. El preparador del Hércules volvió a verse con uno más en el campo cuando su equipo peor lo pasaba y esta vez, a diferencia de lo que ocurrió en Paterna una semana antes, recondujo la situación hasta hacerla muy favorable a sus intereses... y los de quienes apostaron por él.

Criterio para iniciar la jugada

No pensar solo en acabarla, nada de: «cuanto antes, mejor»

La elaboración, esa parcela tan denostada por los defensores del resultado (que son aplastante mayoría) precisa de alguien que dote de sentido a la salida del balón. Cubillo, en el amplio abanico de opciones que le han dado este curso, ha mostrado preferencia por un doble pivote de perfil bastante similar y clara propensión a la contención. Eso desactiva muchas veces el talento de Borja y Alfaro y, por supuesto, de Moyita, el jugador con más calidad de la plantilla.

Con Erice de baja (y lejos de su mejor cara) el empeño de unir a Appin y Armando no ha dado resultado, ni siquiera a la hora de dominar el centro del campo, ya que Mestalla y Peña Deportiva ganaron la partida en esa parcela mientras se jugaba once contra once.

La segunda victoria en el Rico Pérez aconseja no aferrarse al doble pivote defensivo

La segunda victoria en el Rico Pérez aconseja no aferrarse al doble pivote defensivo

Defender con el balón

Dispones de futbolistas para llevar el peso de los partidos

El domingo, Cubillo, beneficiado de nuevo por el efecto nocivo que inocula en los adversarios una cartulina roja, recuperó una estructura que ya le funcionó contra el Atzeneta. Retrasó la posición de Moyita e, inmediatamente, el fútbol de ataque comenzó a fluir. Al talento de Osuna no le pesa el 10, y aunque le falta físico para ser un mediocentro al uso, le sobran fundamentos creativos. Con él en ese rol, el Hércules sufrió menos porque se adueño del esférico. Para que los recorridos del sevillano no le resten potencial y le dejen sin resuello (insisto, no es un pivote), hay que complementar sus capacidad con alguien por delante que aporte lo que a él le falta. Ese hombre es David Sánchez. El domingo fue determinante con su gran gol, pero hizo más que eso, y en una disposición táctica 4-2-3-1 su presencia se antoja bastante necesaria porque ataca bien los espacios, tiene buena zancada, visión de juego y pateo. El Hércules no es cualquiera, no es menos que nadie, al revés, tiene una plantilla muy por encima de la media. Eso significa que no puede conformarse con no verse dominado, debe dominar. Hasta ahora, solo lo ha hecho de manera continuada contra diez, pero eso no se repetirá muchas más veces.

Los mejores siempre juntos

Mandar, no esperar órdenes; dominar, llevar la iniciativa

Reunir alrededor del balón a los futbolistas de más calidad resta contundencia defensiva, pero da algo que no tienen la mayoría de rivales en Segunda B: talento. Y ese bien no puede quedar relegado a un papel secundario, a eso tan manido de «lo fundamental es que no me hagan gol porque una ocasión clara ya tendré y, con la calidad de mis hombres de arriba, seguro que gano». Error. Está demostrado que, a veces, ni con seis, la «pelotita» entra. Nadie pide al Hércules que sea el Brasil del 70, pero tampoco el Atzeneta, para eso bastaba con un tercio de lo invertido.

La pizarra