Mediapunta del Alcoyano. Juli (Alcoy, 1981), a punto de entrar en la cuarentena, la otra, la buena, debutó en Segunda B en 2001 con el gran Alicante de Pepe Bordalás. Importante en sus doce clubes, el futbolista alcoyano vuelve donde empezó todo. Tras superar una lesión que le ha tenido dos meses de baja en verano, afronta cada día «con la ilusión de un niño de 16 años» y tiene claro que disputar «un derbi sin público es feo».

¿Lesión muscular superada en todos los sentidos?

Superada al 100%, pero me falta fondo físico después de llevar más de 80 días sin competir.

¿Qué pasó exactamente?

Fue hace unos dos meses, en el primer partido de pretemporada, en Muro. Al minuto 35, noté un calambrito y paré. Al final se descubrió que fue más grave porque se me reprodujo una lesión antigua, la cicatriz se reabrió en cremallera y se complicó todo. Algo que, en condiciones normales, no pasa de cuatro semanas, se fue hasta las ocho.

Y en las circunstancias actuales, confinado, sin entrenar, ¿qué cuesta más conservar, el físico o la cabeza?

El físico. Mentalmente, a mi edad, ya sabes regularte, no te obsesionas. A un equipo le afecta el tiempo sin competir a todos los niveles, pero físicamente aún más. Necesitamos continuidad, es básico para el rendimiento, esperemos que, a partir de ahora, podamos trabajar con regularidad.

«Creo que cuando un futbolista rescinde con un club tendría que ser libre, no debería haber nada que le siguiera vinculando a él»

¿Les pasará factura el domingo ante un rival más rodado?

Viendo cómo está el equipo, creo que vamos a suplir los efectos de la inactividad con las ganas que tenemos de poder volver a jugar un partido oficial. Ese ímpetu, esa pasión por reengancharnos a la liga puede que se sea beneficioso para nosotros el domingo.

La estadística les hace favoritos.

Odio las estadísticas. Basta con mencionarlas para que se rompan. Lo que vale es el año a año porque cambian las dinámicas, los jugadores, los entrenadores… Es un derbi, y no un derbi cualquiera. El Dépor–Hércules siempre ofrece cosas diferentes, inesperadas. La estadística no nos hará ganar ni perder, hay que jugar y hacer las cosas bien.

¿Ha imaginado cómo será sin público, sin tensión en la grada?

Es una situación muy atípica. La esencia de la competición la da el seguidor. Sin él, todo está muy desangelado. Se escucha hasta el más mínimo ruido, hasta lo que dice el míster, que normalmente ni le oyes. Jugar sin gente en la grada es feo. No entiendo de protocolos, pero es normal que hagan extensibles a todo todos los campos las restricciones porque si no esto sería el pito del sereno.

«Jugar un derbi sin público es feo, no sentir el aliento de la gente durante el partido también es feo; al final oyes todo, hasta a los entrenadores»

¿Y usted cómo lo afronta?

Siempre trato de aislarme cuando juego. Trato de concentrarme al máximo y no estoy pendiente de lo que ocurre fuera del campo. Pero es verdad que echas en falta el aliento, el grito que te empuja, incluso el azote de la hinchada rival. Y, aunque yo me meto mucho en lo mío, me aíslo, siento un vacío porque falta la esencia de este deporte.

¿Sin hinchas, qué papel juega el factor cancha en un derbi?

El factor campo pierde fuerza eso y beneficia al visitante. El favoritismo del de casa baja enteros, se pasa del 60-40, cuando hay público, al 50-50 sin él. Se iguala todo.

¿Algún ánimo de revancha tras su salida forzada del Hércules?

Ninguno. Cero. No entra en mi cabeza. Soy poco o nada rencoroso, al revés. Me gusta agradecer siempre las oportunidades que se me brindan. Mi estancia en el Hércules acabó antes de tiempo, pero el club me dio la posibilidad de hacer lo que más me gusta y es de agradecer siempre. Ni un reproche a los equipos en los que he jugado. Me han dado de comer y enfrentarme contra ellos siempre me hace sentir orgulloso de mi pasado.

«Llevamos tanto tiempo sin competir y tenemos tantas ganas de hacerlo, que igual ese ímpetu nos beneficia»

¿Dónde encuentra la motivación después de dos décadas?

He convertido mi trabajo en mi hobby. Llevo muchos años y casi no he hecho otra cosa. Cuando fiché por el Alicante (2001) ya no podía compatibilizar el fútbol con nada más y, desde entonces, me he dedicado a ello en cuerpo y alma. La motivación es sentir la suerte inmensa que tengo de trabajar en algo que me apasiona, en lo que siempre soñé y me hace feliz. Me levanto para entrenar con las mismas ganas que cuando tenía 16 años. Esa es mi fuerza. Y, mientras me acompañen la cabeza y las piernas, seguiré empeñado en dar lo mejor de mí cada día que pase como futbolista.

¿Qué aporta usted que le da un valor añadido al Alcoyano?

Desde mi experiencia, trato de ayudar al máximo a mis compañeros fuera del campo. Me pongo a disposición de los nuevos. Vienen a mi ciudad y trato de que la adaptación sea lo más sencilla posible. Cuanto más feliz es un jugador, más rendimiento le da al grupo. Soy humilde, trabajador y siempre me voy de los sitios con la cabeza alta, tranquilo, sabiendo que he dado todo lo que tenía, aunque eso no sea garantía que te salgan bien las cosas.

¿Cómo vislumbra el derbi?

Será un partido trabado, difícil. De mucho control por parte del Hércules. Ahora, el abecé del fútbol, y más en los clubes de esta categoría, es garantizar trabajo, entrega defensiva, sacrificio y, si tienes calidad en los de arriba, esperar a que resuelvan en una acción. El Hércules une mucho trabajo y futbolistas de calidad. Superarles será duro.

En su carrera, ¿se ha visto en una situación como la de Jona?

Nunca. Siempre que me he ido, he sido libre. La única vez que tuve que rescindir en mi vida fue con el Hércules y nadie me propuso nada al respecto.

¿Qué le parecen ese tipo de medidas disuasorias?

Mi opinión, y no quiere decir que lleve razón, es que si un futbolista sale de un club ya no tiene que unirle nada él, tiene que ser libre. Lo que es seguro es que Jona no sabía nada de que no podía jugar contra el Hércules, eso es una negociación entre clubes al margen del futbolista. Y ahí no me meto. De hecho, insisto, Jona se ha enterado esta misma semana de que se quedaba fuera. En el caso de Solbes (central blanquiazul sub-23), si cedes a un futbolista para que se forme, lo normal es que no se le impida crecer, pero es lo que yo pienso y puedo estar equivocado.

¿Quién ganará el domingo?

El que más concentrado esté ganará el partido. Creo que se decidirá por pequeños factores y hay que estar muy metido y no cometer errores. La historia dice que muchos derbis se resuelven por la mínima.

¿Cuánto fútbol le queda a Juli?

No lo sé. Es la pregunta del millón. Vivo tanto al día que no me preocupo por lo que pueda venir. No hago números ni cábalas. Cuando acabe la temporada me sentaré con los responsables y les preguntaré en qué, o dónde, creen que puedo serles más útil. En el campo, en otra faceta… No sé... Física y mentalmente, me siento perfectamente, pero mi futuro como futbolista ya no depende solo de mí. Ojalá pudiera seguir dos temporadas más, pero… más pronto que tarde llegará el final.