El entrenador del Hércules David Cubillo cosechó ayer en Ibiza su primera derrota (1-0) en partido oficial con el conjunto blanquiazul y la encajó con amargura, pero con la compensación del buen partido ofrecido por sus hombres «frente al mejor equipo de la Segunda B». Cubillo quiso restar importancia a la acción del gol del Ibiza en el último instante del partido, aunque lamentó que tres jugadores de su equipo se quedaran «descolgados» en esa última jugada y que los cambios que realizó fueran más de protección por las tarjetas amarillas (Appin) y golpes (Moisés) que con la intención de ir a buscar los tres puntos en Can Misses.
«La derrota me deja mal cuerpo por el esfuerzo del equipo y el trabajo realizado», indicó el técnico madrileño. «Pero no me quedo con la última acción, sino con el partido serio que hemos realizado, en el que hemos competido y podido ganar a un gran equipo, que tiene un plantillón», agregó.
«Frenamos bien su tremendo potencial ofensivo y con balón hemos tenido pausa y manejo, además de varias llegadas en la primera parte para habernos adelantado, sobre todo en la del mano a mano, que podría haber cambiado la dinámica», añadió.
Cubillo recalcó que su equipo buscó la victoria desde el inicio para recortar distancias con el líder, que ahora se escapa a siete puntos, pero ya daba por bueno el empate sin goles «cuando al final han sacado rápido una falta y nos han sorprendido con tres jugadores nuestros descolgados, que es algo que tenemos que corregir».
El preparador blanquiazul también lamentó que la falta de alternativas en ataque en su banquillo -por las lesiones de Acuña, Pedro Sánchez y Benja, especialmente- le obligaron a hacer cambios conservadores. «Te penaliza no poder hacer cambios para ir a ganar el partido porque de ataque sólo estaban Manu Garrido y Abde y tienes que proteger más que ir a buscar». Sobre el cambio de Moisés explicó que el central tenía una herida profunda en los labios y la boca hinchada.