El 2 de marzo de 1986 se desató el delirio en Alicante con el Real Madrid de la Quinta del Buitre. Encandilada media España por su juego y por sus épicas gestas europeas, los blancos se presentaron en el Rico Pérez para defender su liderato en la Liga. Consumadas las remontadas ante el AEK y el Borussia Mönchengladbach, Juanito, Butragueño, Míchel y compañía sembraron la locura en la Costa Blanca. Aquel día el estadio alicantino acogió el encuentro con más aforo de su estadio: unos 55.000 espectadores, según cálculos de la Policía.

Con el estadio aún sin asientos, se vendieron más entradas que aforo y pudo ocurrir una tragedia por una avalancha como las que se vieron en varios países europeos de la época. No faltaron los incidentes de los radicales Ultras Sur, ni tampoco un revuelo con Televisa, un canal mexicano que retransmitió el partido con una enorme parabólica que ocupaba demasiados asientos, unos 200. El Hércules les obligó a pagarlos como tal. Los blancos se impusieron sin problemas con un doblete de Valdano y un gol de Hugo Sánchez.

El Rico Pérez se convirtió con el paso del tiempo en la segunda casa del Real Madrid, principalmente por su facilidad para ganar (nueve partidos oficiales, el que más). Además, a ello hay que sumarle un encuentro disputado en diciembre de 1982 en el que los blancos jugaron en Alicante como locales por la clausura del Santiago Bernabéu tras unos incidentes con el Barça. Por si fuera poco, el Real Madrid también venció la Liga 96-97 tras un favor de su amigo pequeño, un Hércules ya descendido que doblegó al Barça de Figo en uno de sus últimos estertores como equipo de Primera.

Tres años antes de ese partido, en 1994, el Ayuntamiento había comprado el estadio par aliviar los males económicos del club. En 2007 pasó de nuevo a manos privadas cuando lo compró Aligestión, la sociedad del empresario Enrique Ortiz, y 10 años después se lo adjudicó por 3,7 millones de euros el Instituto Valenciano de Finanzas de la Generalitat Valenciana en la liquidación de Aligestión.