El gol es lo que más cuesta, siempre, en todos los sentidos, a todos los equipos, en todas las ligas del planeta. El gol es oro almacenado a toneladas, la principal razón por la que algunos futbolistas ganan más dinero que el resto de los mortales en tres vidas juntas. El gol te pone en tu sitio. Da igual cómo lo consigas, es la única parte del juego a la que no puedes renunciar si no quieres inmolarte. Al ataque, a la defensiva, a balón parado, en propia puerta, de rebote, de penalti injusto... Marca goles y el universo se ocupará de que no te falte de nada, nunca.

PÓLVORA MOJADA

El Hércules promedia menos de un tanto a favor por partido

Y así, sumar victorias, es muy complicado. La confección de la plantilla está dando la razón al director deportivo, Carmelo del Pozo, y se la está quitando a algunos futbolistas y, por ciencia correlativa, también al entrenador. Es verdad que el técnico no tiene que finalizar las jugadas, lo suyo es, nada más y nada menos, crear los espacios en los que hacer valer la calidad de sus jugadores.

David Cubillo lo ha cumplido a medias. Su equipo genera ocasiones, algunas incluso muy claras, pero la mayoría de ellas no son fruto de la conducción de la pelota ni como consecuencia directa de la estrategia, llegan muchas veces penalizando los fallos del adversario, que también es mérito del técnico, pero esto le cuesta menos trabajarlo. El corresponsable de esta faceta es el preparador físico. El estado de forma resulta capital en la presión y en el robo del balón, pero de ellos casi nadie se acuerda. Alberto Berrocal se llama el del Hércules. Solo tener que elaborar sesiones eficaces en las condiciones en las que está el césped de la pista de atletismo o el de la ciudad deportiva ya merecen un plus de peligrosidad. Subrayado esto, el equipo necesita llegar al gol con mucha más facilidad de la que lo hace. Es el único, junto a la Peña Deportiva, que aún no ha marcado a domicilio. La consecuencia directa es inquietante: cero triunfos sin el amparo del Rico Pérez.

LOS EXTREMOS NO SE TOCAN

El regreso de Pedro Sánchez posibilita una vía alternativa

Hasta ahora, Cubillo ha dudado en algunas posiciones, pero nunca en las bandas. Los laterales titulares han estado claros desde el primer día, lo mismo que los extremos. Borja y Alfaro han figurado en las siete formaciones iniciales. La confianza en su labor es absoluta. El peso de sentirse cuestionados no es algo que deban soportar. Ambos –más el onubense que el alicantino–, aceptan la rigidez táctica que les obliga a vaciarse en tareas de contención. Eso, claro, tiene consecuencias. Alfaro ha sido sustituido en cuatro ocasiones y Borja en la mitad (aunque estuviera igual de cansado que su compañero... o más).

El Hércules que aspira al ascenso –en el mejor de los casos– o al ingreso en la Liga Pro de la Federación –como mal menor– precisa de dos hombres de banda que sumen tantos a la estadística. Los dos han estado cerca, pero adolecen de indefinición. No son los únicos. Cinco tantos suma hasta ahora el equipo blanquiazul y cada uno de ellos lleva la firma de un jugador diferente.

La vuelta de Pedro Sánchez permite, al menos, potenciar eso tan necesario en un vestuario que es la competencia. Borja es consciente de que en su puesto no hay respuesta ofensiva que le entre por el ojo al preparador madrileño. Ni Abde (que ha marcado pese a disponer de dos ratitos) ni Manny (a los datos me remito) se antojan una amenaza para el atacante alicantino.

Con Alfaro sucede casi lo mismo, pero con una salvedad, y no menor: él sí es capaz de entenderse con su lateral (da igual si es Raúl o Javi Pérez). Nani no puede decir lo mismo. La proyección del canterano está en suspenso y eso no debería ser algo a lo que resignarse porque el potencial del joven defensor es un activo de la entidad.