Contener un torrente de energía como el que libera el Toro cuando juega al fútbol es imposible. A Javier Acuña le hierve la sangre cuando está parado. Los últimos 42 días, los demonios le mordían el alma mientras veía a sus compañeros desde la grada sin poder aportarles más que un soplo de aliento, un aplauso. Ahora, ese tiempo de frustración queda atrás... el paraguayo ha vuelto.

«Después de mes y medio fuera, sin entrenar, cuesta tener buenas sensaciones. Pero las tengo. Sé que me va a costar entrar, agarrar ritmo competitivo, pero me encuentro bien, mejor de lo que me esperaba».

«Al lesionarme, escuché algo raro y creí que era que se me había roto la bota»

«Es una zona muy sensible, es mi pierna de apoyo, por eso tenía más dudas de cómo me sentiría cuando volviera, pero todo fue muy bien y con solo tres entrenamientos. Me hice a la idea de que tendría que estar de baja dos meses, al final ha sido menos, así que estoy muy feliz. No noté fatiga en el partido, lo que sí eché en falta fue chispa», confiesa el delantero del Hércules, que, frente al Villarreal, dispuso de 30 minutos.

«Las plantillas me han ido fenomenal, tanto las que utilicé al principio para caminar, como las que me dieron ahora para poder jugar con las botas de tacos. No se nota ni que las llevas», dice a propósito de las prótesis que le han hecho a medida en la clínica de los doctores Pedro Ripoll y Mariano de Prado, en Murcia.

El Toro" Acuña regresa para mejorar la capacidad goleadora del Hércules

El Toro" Acuña regresa para mejorar la capacidad goleadora del Hércules

Un chasquido

Acuña recuerda bien el instante en el que se fracturó parcialmente la fascia plantar: «No supe que me había lesionado hasta después de marcar. Creí, cuando noté la primera molestia, después de un salto, que se me había roto la bota por el ruido raro que escuché al caer. Metí el gol, y cuando quise correr después, ya no pude, notaba como si tuviera una bola dura debajo del pie, dentro de la bota», narra el ariete blanquiazul, que tiene muy claro que el nivel de la categoría a la que ha regresado ha mejorado notablemente.

«Los delanteros estamos para sumar en defensa, pero, sobre todo, para decidir los partidos»

«La Segunda B ha crecido mucho con respecto a hace años, ahora hay jugadores muy buenos en casi todos los equipos, hay muchos filiales con grandes futbolistas, clubes que invierten mucha plata... No hay partidos fáciles, por eso lo importante es no caer de los puestos de arriba», subraya el Toro, convencido de que, para lograr victorias, el Hércules tiene que afinar su puntería.

«Los delanteros vivimos del gol, es importante que ayudemos en defensa, pero nuestra labor principal tiene que ser la decidir los partidos. Estamos creando ocasiones, pero no marcamos. Hay que seguir trabajando, intentándolo cada día, y si hay que quedarse más tiempo a tirar a puerta después de los entrenamientos, pues se hace», advierte el delantero paraguayo, satisfecho con la competencia que hay en la plantilla.

«Voy un paso o dos por detrás de los demás físicamente, pero estoy listo para ayudar desde el primer minuto»

«Voy un paso o dos por detrás de mis compañeros físicamente, pero trabajaré para igualarme a ellos y, si el entrenador lo considera oportuno, tratar de ayudar al equipo desde el primer minuto saliendo de inicio», confiesa el nueve, que lamentó que jugadores «con mucha calidad en el centro del campo como Benito» no dispongan de minutos en este inicio de la temporada.

Deseando volver

Para Acuña, el tiempo de espera, de angustia, ha finalizado. Para él, no jugar los domingos es un suplicio. «Lo que peor llevo es estar fuera del equipo. Sin poder ayudar, sin poder jugar, me pongo de muy mala leche. Lo paso muy mal viendo los partidos sentado en la grada, me lleno de rabia, grito... He tenido la mala fortuna de lesionarme nada más empezar, pero ya pasó... Ahora solo pienso en volver a disfrutar». El martirio ya es historia.