«Me gusta lo que estoy viendo y tengo plena confianza en el proyecto que ha hecho Carmelo. Lo que veo me da la razón». Con esas palabras, Enrique Ortiz, propietario mayoritario del Hércules, evitó ayer un problema incendiario de esos que tantos otros proyectos con su sello de autor han calcinado. El empresario, que a punto ha estado de introducir a Javier Portillo de nuevo en el club, ha encontrado una solución con la que apaciguar los ánimos, contentar a todas las partes implicadas –incluida la familiar (conforme a medias)– y desactivar la bomba que, en caso de estallar, iba a llevarse por delante lo que, hasta el momento, es el equipo más competitivo de cuantos se han tenido en Segunda B desde 2014.

Para lograrlo solo ha tenido que hacer una cosa: cumplir su palabra, un paso aparentemente sencillo que, sin embargo, cuesta dar cuando lo que está en juego es, nada más y nada menos, que la conciliación doméstica.

Carmelo del Pozo, que no firmó su regreso a Alicante hasta que Ortiz le garantizó por escrito absoluta autonomía en la parcela técnica –rindiendo cuentas, pero sin injerencias–, ha ganado el primer pulso. De momento, solo tendrá que preocuparse por su tarea rodeado de aliados, los que llegaron de su mano y son de su total confianza.

«La unión es absoluta en el equipo y, sin tener nada de suerte, los resultados están siendo buenos. En cuanto tengamos un poco de fortuna, se verá lo que es de verdad este equipo», subrayó ayer Enrique Ortiz, que ha entendido que reubicar a su yerno de nuevo en el día a día de la entidad podía perjudicar el modelo de trabajo impuesto por el director deportivo desde su llegada el pasado mes de julio.

Carmelo del Pozo. | HÉCTOR FUENTES

«Ahora lo fundamental es lo deportivo. La figura importante que necesitábamos, que era Carmelo (Del Pozo) está aquí; él está trabajando a gusto, nos tiene a todos volcados en ayudarle y, según parece, hay un buen clima, que es lo más importante», esgrimió ayer el propio Ortiz, que, de momento, prefiere no tocar lo que, a ojos de todos, está funcionando bien.

«Estoy más ilusionado, más involucrado. A veces, te das cuenta de que, para que las cosas salgan bien, lo más importante es ilusionarte con lo haces, y esta temporada lo estamos todos porque creemos en lo que vemos», reiteró el propietario, que incluyó en esa manera de sentir a su socio: «Juan Carlos Ramírez es tan importante como yo en el Hércules y también está muy ilusionado».

Javier Portillo.

Para que la marcha atrás en el plan de devolver a Javier Portillo al club sin un departamento específico que ocupar ni una función definida que desempeñar, el patriarca de los Ortiz desveló que su yerno «va a trabajar en el Rayo Vallecano» que preside Raúl Martín Presa, con quien mantiene buena relación a nivel particular e institucional. Aunque aún no hay constancia oficial del club madrileño, lo hará, según sus propias palabras, adscrito a la secretaría técnica que actualmente dirige el exguardameta David Cobeño. En principio, para elaborar informes y realizar seguimiento a jugadores de la zona Este del país, en el arco Mediterráneo, centrándose en la Comunidad Valenciana y Murcia.

Sin embargo, Enrique Ortiz quiso dejar claro que el exdelantero del Real Madrid no se marcha del Hércules, que seguirá formando «parte de la propiedad». «Mientras la familia Ortiz esté aquí, él seguirá con nosotros. Él está igual que yo, para ayudar en todo lo que podamos», y luego aclaró: «Javier no es empleado del club, él forma parte de la propiedad».

Recomprar el estadio

Tras cerrar la puerta a peligrosos cambios en el organigrama técnico, el constructor reveló que no descarta recomprar el José Rico Pérez si le dan la oportunidad. El campo pertenece a la Generalitat, que le ha cedido la gestión del alquiler al Ayuntamiento de Alicante. «El Hércules no puede perder como objetivo recuperar su estadio, y cuanto antes, mejor. Pero es algo que, para hacerlo posible, requerirá de la acción de las administraciones. Lo prioritario es saldar las deudas con Hacienda y con los acreedores. Con el ascenso, se soluciona todo. Pero, que nadie piense que, porque no nos pertenece, estamos abandonando el mantenimiento del estadio. No es una casa sin dueño, el Rico Pérez está bien atendido», sostiene Ortiz, que no cree que la reapertura de Fontcalent «llegue antes de marzo».