Una parte importante del legado de Portillo en el Hércules languidece. David Cubillo no ha contado hasta la fecha ni con Pablo Íñiguez ni con Diego Benito, por eso el club está abierto a facilitarles la salida si ellos consideran que es lo mejor para sus carreras. Los dos finalizan su vínculo con el club el 30 de junio, el primero lo hará con 27 años y el segundo a punto de cumplir los 33.

Las dificultades que están encontrando para ganar protagonismo son evidentes. En lo que va de curso, el central burgalés -con un contrato muy sustancial dentro de lo que el mercado fija para la demarcación que ocupa- no ha disputado ni un segundo en nueve jornadas. De hecho, en las dos últimas se ha quedado fuera de las convocatorias por decisión técnica. Ahora mismo es el cuatro central blanquiazul por detrás del sub-23 Teo Quintero.

El caso de Benito no es mucho más halagüeño. El pivote, que sí es parte del grupo que se sienta de inicio en el banquillo, ha sido utilizado en una ocasión, seis minutos. Fue ante el Orihuela. Ingresó en el derbi en el 84, con 1-0. Lo hizo en ausencia de Pedro Torres, de baja por enfermedad. Desde la recuperación del canterano, ha sido él la primera opción para Cubillo. El pasado junio, prolongó (a la baja) un año más su estancia en Alicante a cambio de una renovación automática en caso de disputar un número de encuentros que ya le será muy difícil alcanzar.

La continuidad de Íñiguez se convirtió hace dos veranos en una obsesión para Portillo, que lo consideró fundamental para su proyecto, el segundo con Planagumà al frente del vestuario. La negociación no fue rápida y el dinero terminó limando todas las asperezas y captando la atención del canterano del Villarreal, que si quiere conservar ese estatus salarial no se puede permitir un curso como el que está protagonizando.

El tiempo juega en contra

El Hércules considera a los dos futbolistas importantes para lograr el objetivo más difícil: el regreso a Segunda División. La confección de la plantilla está basada en la profundidad del banquillo y en el anhelo del director deportivo de que los suplentes puedan ejercer como titulares si les llega el momento. Ambos cumplen con ese requisito. Son lo que coloquialmente se define como suplentes de lujo. Sin embargo, la entidad acepta que Íñiguez y Benito prefieran pensar en su futuro ahora que les vence el contrato.

Central y mediocentro deberán mover ficha y comunicar a Carmelo del Pozo su intención de abandonar la entidad, algo que, a día de hoy, no se ha producido. Los entornos de ambos futbolistas guardan silencio mientras valoran la búsqueda de un destino más amable. El Hércules solo acudirá al mercado invernal -abierto del 4 de enero al 1 de febrero, ambos incluidos-, si algún jugador confirma que quiere salir y se dan las condiciones favorables para ello, esto es, se permite margen de reacción a la dirección deportiva blanquiazul, que tiene vistas opciones de recambio en todas las líneas, unas que no esperarán eternamente la llamada herculana para no arriesgarse a engrosar el paro. Quedan 15 días para buscar soluciones amistosas, después, todo será mucho más difícil.