Tolerancia cero con la falta de actitud, compromiso e intensidad en la recta final de esta decepcionante temporada. El director deportivo del Hércules Carmelo del Pozo sacó ayer el látigo y expresó su enfado por el bajo rendimiento del equipo, que se ve obligado a luchar en la segunda fase por no bajar a la cuarta categoría del fútbol español. Visiblemente enojado, Del Pozo responsabilizó directamente a la plantilla de la negativa deriva del equipo, aseguró que viven «en una burbuja» desde comienzos de temporada y avisó de que no le temblará el pulso para apartar a aquellos jugadores que no respondan a la exigencia del club. El máximo responsable del área deportiva destacó que la entidad «se juega mucho» en estos ocho partidos en los que intentará alcanzar la Liga Pro y recalcó que el actual entrenador Manolo Díaz, tercero del curso, acabará la temporada, aunque los pierda todos.
Se acabaron los paños calientes y las medias tintas con una plantilla que ha decepcionado al herculanismo, dentro y fuera del club, en el año previo al centenario de la entidad. Del Pozo exige un «giro radical» a sus jugadores, de los que ha dicho que viven «en una burbuja» y a los que reclama «actitud, compromiso, que sean un equipo y que compitan, en los entrenamientos y en los partidos», de cara a la segunda fase que se iniciará el primer fin de semana de abril. Porque al término de la primera, considera que «el equipo ha suspendido en junio y ahora tiene que arremangarse para intentar aprobar en septiembre».
El director deportivo recalcó que los ocho partidos que tiene el Hércules por delante en esta segunda fase son decisivos para el futuro club «porque está en juego la supervivencia de los puestos de los empleados de mantenimiento, las chicas de administración, el utillero; deben darse cuenta de que pueden pasar muchas cosas si se pierden».
En un tono de dureza inusitada, Del Pozo reconoció que no le temblará el pulso si tiene que apartar a algún jugador en las próximas semanas por su falta de actitud y compromiso. «Quiero notar que mi equipo se juega, como mínimo, lo mismo que el rival y en La Nucía no lo noté», indicó sobre la derrota del pasado domingo (2-1), tercera consecutiva en los cinco partidos que lleva Manolo Díaz en el banquillo. «Quiero un equipo que compita, con intensidad y compromiso, que le dé valor a las cosas; eso no se ha hecho y hemos ido perdiendo nivel», recalcó.
El director deportivo confirmó que el entrenador Manolo Díaz acabará la temporada, «aunque pierda los ocho partidos» y justificó, «por una vez», el enfado de los dueños Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez, «que en una escala de 1 a 10 es de 11».
El director deportivo mantiene que un buen número de jugadores no han respondido a la exigencia que supone el Hércules «desde el primer día» y se confesó «desilusionado» por el bajo nivel competitivo del vestuario. «Se me ha acabado la paciencia», subrayó Del Pozo, poco después de presentar oficialmente al último fichaje, el delantero uruguayo Rodrigo Pastorini, de 31 años, que ha firmado por dos meses para cubrir la baja de larga duración del Toro Acuña.
«Tenía dos opciones», agregó Del Pozo sobre la llegada de Pastorini: «Tirar la toalla o luchar hasta el final y he optado por incorporar a un jugador para que refuerce la competitividad en el equipo; estamos en una situación crítica y con que me dé más intensidad en el vestuario, ya me da».
El máximo responsable de la parcela deportiva exige a los jugadores que «sean futbolistas las 24 horas y toda la semana, algo que no se ha hecho desde el primer día», en alusión a la «falta de exigencia» que le achacó al entrenador David Cubillo, al que despidió a finales de enero cuando el equipo marchaba segundo. «Si al jugador le das la mano, coge el brazo», prosiguió. «Hay que darles todas las armas, pero también apretarles y exigirles; y ahora tienen ocho semanas para cambiar la situación porque a mí se me ha acabado la paciencia», subrayó Del Pozo, que se confesó «desilusionado» por la pérdida de tensión competitiva del equipo.