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El césped artificial, otro problema para el Hércules

En la primera fase disputaron tres partidos en este tipo de campos y perdieron los tres

Pedro Sánchez, durante el entrenamiento, en el estadio Rico Pérez. | H.C.F.

El Hércules afronta la segunda fase de la temporada en un momento complicado. El conjunto blanquiazul ha estado inmerso en numerosos problemas a lo largo de la presente campaña. Muchas bajas por lesión, no ha cumplido con las expectativas de clasificarse para luchar por el ascenso, viene de tres derrotas consecutivas y necesita recuperar cinco puntos (con dos partidos más) en la segunda fase para no caer a la Segunda División RFEF, cuarta categoría nacional, lo que se convertiría en un auténtico drama para la entidad alicantina a las puertas de su centenario.

A todos esos problemas se le une uno más. El equipo de Manolo Díez va a tener que afrontar tres de los cuatro partidos que debe disputar a domicilio en campos de césped artificial. Un tipo de terreno de juego que no se le ha dado ni mucho menos bien esta temporada. Todo lo contrario, se le ha dado fatal. En los tres encuentros de la primera fase que ha jugado en superficie sintética ha terminado perdiendo y ha sido todo un calvario. El Hércules cayó en el Camp Misses Ibiza (1-0) y en los campos del Atzeneta (2-0) y Peña Deportiva (2-1). En los nueve partidos que ha disputado a domicilio solo ha sido capaz de marcar cinco goles.

Darle la vuelta a esa situación no va a ser fácil. Además del potencial de los cuatro rivales que va a tener: Cornellà, Lleida, Llagostera y Badalona, que han estado luchando hasta las últimas jornadas por clasificarse para la fase de ascenso, sus campos no son terrenos propicios para el conjunto herculano. El cuadro blanquiazul ya sabe lo que es jugar en Cornellà, un terreno de juego de reducidas dimensiones, con un césped artificial bastante duro y en el que esta temporada ya cayó eliminado el Atlético de Madrid en la Copa del Rey y el Barcelona venció en un partido agónico en la prórroga.

El campo del Llagostera tampoco se queda atrás. Igualmente es de hierba sintética y de reducidas dimensiones. El extécnico blanquiazul Vicente Mir llegó a decir en su etapa como entrenador del Elche que era «el campo más pequeño y más feo que había visto». Por si fuera poco, el equipo gerundense no ha perdido ningún encuentro esta temporada en su feudo.

El Badalona también juega en césped artificial, aunque, a diferencia de los campos del Cornellà y del Llagostera, es de nueva generación y las dimensiones del terreno de juego son más amplias. Algo que, sin duda, agradecerá el Hércules, a pesar de que se trata de un rival que cuenta con una buena plantilla que ha estado hasta el último partido soñando con acceder a la fase de ascenso y que se quedó fuera en los últimos instantes por un gol del Andorra.

Comienzo ante el Lleida

El único rival de los herculanos que juega en césped natural es el Lleida, precisamente su primer rival este próximo fin de semana tras el calendario que se conoció ayer. El Camp d'Esports es un terreno de juego amplio, que se encuentra en buen estado y con amplias gradas. Es un estadio que ha acogido partidos de Primera División y el único similar al Rico Pérez.

El reto para la segunda fase no es sencillo, nada está a favor, pero el Hércules necesita sacar el orgullo y darle la vuelta a una temporada que comenzó con el objetivo del ascenso y que, ahora, como mínimo, debe alcanzar la Primera División RFEF.

Pamarot se une al cuerpo técnico del filial y del fútbol base

El exjugador francés del Hércules, Noe Pamarot ha regresado al club alicantino para formar parte de su fútbol base y unirse al cuerpo técnico del equipo filial, que luchará en la segunda fase de la competición por mantenerse en Tercera. Pamarot ya ha comenzado a trabajar junto a Pepe de la Sagra, que la semana pasada se hizo cargo del Hércules B como sustituto de Antonio Moreno, que fue destituido.

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