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Grupo 3-D | Segunda Fase | Jornada 1

Desplome interminable del Hércules (1-0)

El Hércules encaja la cuarta derrota consecutiva después de perder en Lleida tras otro error garrafal en defensa y desperdiciar múltiples ocasiones para marcar. El colegiado no señaló un posible penalti sobre Raúl a los 20 minutos

Los jugadores del Lleida celebran el tanto de Abel mientras David Sánchez mira al cielo resignado.

El Hércules se apaga. Lo hace sin un atisbo de cambio, de posibilidad de resurgir, sin dar señales de redención. El proyecto blanquiazul se ahoga en su propia mala baba. Chapotea en el fracaso igual que un niño que pierde pie en mitad de un lago helado. Nada sale bien. Todo es angustia, impotencia, incapacidad ofensiva. Y las derrotas se suceden. Cuarta consecutiva. Pensar en un ingreso en la Primera Nacional RFEF (apodada liga Pro) es soñar con el 100% del país vacunado en menos de 24 horas. No hay nada que hacer. Frente al rival más asequible de los que restaban, el Hércules se volvió a dar de bruces con el peor diagnóstico: sufre ineficacia crónica. Si no marcas, no ganas, y nadie tiene gol, ni siquiera Benja, que dispuso de la acción más clara del todo el partido justo después de que el colegiado se comiera un más que probable penalti sobre Raúl Ruiz a los 20 minutos. El delantero recogió el balón que quedó suelto después de que el canterano se fuera al suelo. Se lo acomodó en el vértice del área pequeña, pero su disparo cruzado, sin oposición, se fue limpiando de polvo la base del poste. Esa acción malograda, la enésima este curso, marcó el inicio de los mejores diez minutos blanquiazules después de la victoria frente al líder Ibiza, hace ya medio siglo. En ese periodo, el equipo de Manolo Díaz –liberado del inútil corsé de Armando en el doble pivote, con dos puntas puros, Moyita jugando por delante de Appin, Pedro Sánchez liberado partiendo desde la derecha y David Sánchez equilibrando el bloque– hizo efectiva la superioridad. El error de Benja malogró la posesión más larga de los alicantinos. Segundos después, Moyita, aprovechando la presión alta, llegó hasta la frontal, pero su fogonazo, muy ajustado, tampoco incendió la red. El Hércules merecía el 0-1. Appin cortó un pase a la media hora de juego, conectó con el «diez» blanquiazul. El sevillano vio el desmarque al espacio de Pedro Sánchez y le puso el cuero en el mejor punto para que el atacante alicantino se plantara mano a mano delante de Torres. Le faltaron piernas al futbolista de Aspe, que prefirió probar fortuna con un tiro desde fuera del área que no sorprendió a Pau Torres, bien colocado, siempre. El almeriense Molo contrarrestó la superioridad visitante en el centro del campo, la que estaba impidiendo salir a sus hombres de su campo con alguna claridad. Dejó en la ducha a Marc Martínez para dar entrada a Quim Araujo. Acertó con la decisión el preparador almeriense. El Hércules perdió ímpetu y empezó a evidenciar una distancia excesiva entre su ataque y su defensa. Los traslados eran cada vez más largos y menos precisos. El balón volaba la mayor parte del tiempo. Moyita ya no recibía de continuo y el desgaste físico pasaba factura al sistema y a la circulación. Benja se estrelló contra José Ruiz de forma fortuita y desapareció. Sus movimientos de hombro tras el golpetazo le sacaron del partido... literalmente. Su sitio lo ocupó Abde, siempre incisivo, con la dosis de atrevimiento que precisa un ataque al que se le nublan las ideas cuando le falta el oxígeno y, a diferencia de Borja, con una coherencia combinativa muy aprovechable. Generó peligro cuando el Lleida comenzó a inclinar de su lado el mayor caudal de fútbol.

Moyita gana la línea de fondo y busca rematador dentro del área para su centro. LOF

Falcón... hasta tres veces

Tres intervenciones casi consecutivas del capitán, de nuevo titular, impidieron al cuadro catalán adelantarse en el marcador. Una de ella, la más flagrante, valió para evitar que Torras, liberado, solo en el área pequeña, rematara a placer cerrándole todo el espacio. Le obligó a fallar lo infalible. Las otras dos fueron menos espectaculares, aunque igual de efectivas. Sin Moyita sobre el césped, agotado, solo Abde y Pedro Sánchez se negaron a aceptar el empate como un resultado útil. Ninguno de sus buenos centros al corazón del área se toparon con Manu Garrido a pesar de los esfuerzos del joven madrileño, que siempre llegaba un segundo tarde, desacompasado, sin fe. El equipo de Molo, que agotó los cinco cambios, entró en el tramo definitivo mucho más entero que el de Manolo Díaz (3). A pesar de ello, no era superior. Y no lo hubiera sido. La diferencia, otra vez, la determinó un error. Uno garrafal. Grotesco. Imperdonable. Nico Van Rijn se quitó de encima un balón en la frontal de su área. Dio un patadón para alejar la pelota de un modo académico, buscando el espacio libre en un costado. El esférico caía llovido, sin disimulo, sin vértigo. Álex Martínez tuvo tiempo suficiente para decidir lo correcto. Quiso anticiparse a su par en ese momento, Abel Molinero, que cambió de banda. En lugar de forzar un despeje, trató de robar. Midió mal y el balón superó al lateral y le cayó al extremo, justo detrás. Una maniobra extraordinaria le permitió asaltar el área, recortar hacia fuera, acomodarse, armar la pierna buena y firmar un disparo con arco que se coló por la escuadra sin que la estirada de Falcón lograra interceptarlo. Fue a la cuarta, pero fue la definitiva. El Hércules acumula una victoria en las últimas diez jornadas y encaja la cuarta derrota consecutiva. Sigue a cinco puntos de la zona de ascenso, es verdad, pero solo porque descansó el Llagostera. Queda tiempo, lo que falta es olfato de gol. Debutó Pastorini, no le encontraron ni una vez. El drama no cesa.

Los jugadores del Hércules se preparan para tratar de rematar un saque de esquina. LOF

FICHA TÉCNICA

Lleida Esportiu: Pau Torres; José Ruiz, Fall, Marc Martínez (Quim Araujo, min. 45), Raúl González (Jauregui, min. 63), Molinero, Albert Torras, (Aguilar, min. 82), César Soriano, Álvaro González (Bakayoko, min. 71), Abraham Minero (Chavero, min. 82) y Van Rijn. 

Hércules CF: Falcón, Raúl Ruiz, Tano, Romain Correia, Álex Martínez, Sergio Moyita (Diego Benito, min. 71), Kévin Appin (Rodrigo Pastorini, min. 81), Pedro Sánchez, David Sánchez, Benja Martínez (Abde, min. 60) y Manu Garrido.

Goles: 1-0, Min. 78: Abel Molinero.

Árbitro: Roberto Carralero Calvo (MAD). Amonestó a Marc Martínez, Raúl González y Albert Torras, del Lleida; y a Pedro Sánchez, Sergio Moyita y Manu Garrido, del Hércules.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 1 de la segunda fase del Grupo 3-D de Segunda División B. 150 espectadores en el Camp d'Esports de Lleida.

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