Espectacular victoria del Hércules cocinada desde el primer minuto de juego después de verse forzado a dejar de competir durante 17 días. El parón obligatorio impuesto por la Federación, lejos de pasar factura, ha impulsado al bloque blanquiazul, que ha firmado un ejercicio de concentración, entrega y buen fútbol inédito en la ciudad en los últimos ejercicios.
Dos goles, el primero de Pedro Sánchez, en la ejecución de una falta, y el segundo de Moyita, tras culminar una condición en solitario de más de 40 metros, elevan al cuadro de Manolo Díaz a lo más alto de la clasificación para coliderar el grupo junto al Cornellà a pesar de haber agotado una fecha menos que los barceloneses.
La exhibición de Abde durante los 90 minutos certifican la eclosión de un futbolista con hechuras de líder y fundamentos infinitos. Suyas fueron las mejores acciones de ataque y él fue quien firmó la acción, en el primer minuto, que debió significar un penalti por mano que el colegiado tinerfeño Alexander González decidió no señalar.
El conjunto alicantino, lejos de frustrarse, de dejarse vencer por la ansiedad que provoca el hecho de ver que el dominio aplastante no se transformaba en gol, ha mantenido la misma inercia hasta que, después de haber sido capaz de originar más de 5 ocasiones claras, Pedro Sánchez, ejecutó una falta con un arco perfecto, ideada en su cabeza para ser un centro magistral, que nadie acertó a rematar y se acabó colando en la red de Marcos, impenetrable hasta ese instante. Del gol olímpico de Cornellá al chute fuera de radar del Rico Pérez para acabar con la resistencia catalana.
El desgaste era notable, así que el temor a sufrir una contra del Llagostera que arruinara el asedio herculano tomaba cuerpo. Falcón apareció en la única realmente clara de la que dispusieron los gerundeses. En el minuto 83, el capitán también le puso si firma al choque. Y entonces resurgió Moyita. El diez robó un balón en el medio del campo e inició una condición hacia el área de tinte épico. Por el camino, sin perder de vista la pelota, controlando el tiempo el espacio a su antojo, se libró de dos defensas y, dentro del área, culminó una maniobra mágica ante la que nada pudo hacer el omnipresente guardameta del Llagostera.
Triunfo exultante, amplio, vibrante. Victoria contundente. La tercera consecutiva. La confirmación de que Manolo Díaz ha encontrado el camino por el que debe transitar su equipo para llegar a la liga Pro, el mal menor de todos los posibles.
