Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

UN GOL AL ARCO IRIS

Merecimientos

Falcón

N o se lo merecía. No hablo del Hércules, no pude verlo ni en vivo ni en directo, solamente a través de la palabra de Juanfran Millán, y por lo narrado no tengo una opinión de los merecimientos de los blanquiazules, de su juego desplegado en el terreno recauchutado de Badalona. No tengo claro si mereció el empate, algo más o incluso dejarse los tres puntos. Por lo escuchado, las cosas estuvieron muy igualadas y el gol en el último instante de los herculanos redimió el fallo del cancerbero gaditano. Y de él hablo.

Falcón no se hubiera merecido cargar con las culpas de, por un fallo grosero, perder un partido que complicaría las opciones de terminar en uno de los dos primeros puestos de esta segunda fase de clasificación para la Liga Pro. Tras una trayectoria excelente defendiendo la portería del Hércules, y siendo en múltiples ocasiones el protagonista de rescatar puntos y partidos gracias a sus magníficas intervenciones, no hubiera sido justo que, por un error entre tanto y tanto acierto, cargara en su debe el resultado, perdiendo el partido ante el Badalona, que hubiera puesto en una situación de vértigo la pretendida clasificación para la nueva categoría de 40 equipos. Garrido y la justicia balompédica impidieron este amargo trance para el bueno de Falcón.

Como por lo escuchado en la semana previa al encuentro en tierras catalanas, en la ciudad en la que no solamente se juega al baloncesto, merece un punto y aparte Moyita. Gracias por tu sinceridad, por tu inconformismo, por tu ambición, por sentir los colores, por tu profesionalidad. Gracias por mí y mis compañeros –que decíamos, los que ya peinamos canas, cuando jugábamos en la calle–, gracias por toda la afición, por el herculanismo en general, y gracias también por los técnicos y los directivos, que serán conscientes que, en estos momentos, necesitan jugadores como tú, que aparte de tu calidad y entrega en el terreno de juego, tengan y asuman los valores de un club centenario que no se puede conformar con quedarse en la nueva Segunda B.

Para Moyita como para la familia herculana, conseguir plaza en la Liga Pro, no es un ascenso, nunca puede calificarse así, y menos cuando el equipo no ha sido capaz de clasificarse para luchar por los puestos que dan opción al ascenso.

Te mereces mi agradecimiento personal por lo declarado, en días en los que lo fácil es cobijarse en la práctica de adaptarse a cualquier circunstancia, terminado por realzar el mero cumplimiento de lo mínimo a exigir. Como herculano de cuna, he mamado desde mi infancia el espíritu del equipo, en el campo de La Viña, en el estadio Rico Pérez, en mi casa por tradición familiar. Recitaba de carrerilla las alineaciones del Hércules de los años sesenta con Arana y Ramón, y de los setenta con Giuliano y Barrios. Todavía resuenan en mi memoria esos himnos que por la megafonía entretenían al personal en los preliminares de los partidos.

Hasta mi madre, a la que no le gustaba el fútbol, me hablaba de los gloriosos años en los que Maciá, el gran capitán de Santa Pola, o Tatono, el canario que repartía juego y marcaba goles eran héroes de otra galaxia, gigantes de otra época.

Los merecimientos no están al alcance de todos, la propiedad no había estado fina con el jaleo de los abonos al principio de temporada. Con la anunciada salida de Ramírez, y fuera de la cumbre que ha determinado el precio de las entradas para los dos partidos que restan disputar en el Rico Pérez, la propiedad por fin ha tenido un detalle con los «cinco mil» que poblaban las gradas en tiempos sin pandemia. En esta ocasión merecen un reconocimiento.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats