Poco merecimiento. La lógica en contra. Sin margen. Perdiendo frente a diez en su estadio y, a pesar de todo eso, el Hércules sigue dependiendo de sí mismo para ingresar en la Liga Pro. Es un todo o nada. O cumple el objetivo o cae a la cuarta categoría del fútbol nacional. No existe el punto medio.
Si el proyecto de Carmelo del Pozo no es capaz de puntuar en su próximo encuentro de Liga dará con sus huesos –y es literal– en el despropósito más grande de su casi centenaria historia. Pero si eso no ocurre, al equipo de Manolo Díaz todavía le quedará una bola extra. Le vale con puntuar frente a los ilerdenses para llegar con vida a Llagostera, pero únicamente la victoria pasado mañana le permitiría depender de sí mismo en la última jornada. Si firma tablas el miércoles (20 horas), no estará descendido, pero necesitará imponerse en suelo gerundense y esperar a que no lo hagan los ilerdenses frente a La Nucía, en el Camp d'Sports.
Ganando al cuadro ilerdense le dejas sin opciones, pero igual tendrías que superar al Llagostera en su campo
El milagro, que no lo es tanto, resulta poco factible por la mecánica de resolución de los empates en la clasificación. En caso de igualdad triple, es decir, los tres llegan a los 38 puntos al final de la segunda fase, se contabilizarían el tanteo en sus duelos directos. Hércules y Lleida suman 7 puntos y Llagostera 4. Como persiste el empate entre dos de los tres contendientes, se regresa al origen, al duelo particular entre ambos. En este escenario, el rival blanquiazul del miércoles sumaría 4 puntos y el bloque de Manolo Díaz solo 1, por lo que en caso de triple empate a 38 puntos, quien ingresaría en la Liga Pro sería el conjunto de Manuel Casas, «Molo».
El reglamento de la Federación Española de Fútbol establece los siguientes mecanismos para desempates triples, cuádruples... El primer factor para deshacer la igualdad tiene en cuenta «la mejor puntuación de los partidos disputados entre ellos, como si los demás equipos no participaran». Si persistiera la equidad –que en este caso no persiste porque uno, Llagostara, se cae de la ecuación–, se observaría «la mayor diferencia de goles a favor y en contra entre los partidos disputados entre ellos». Hay otros tres factores más que le sirven a la RFEF para deshacer las igualdades múltiples al final de la competición y hacen referencia a los tantos a favor y en contra a lo largo de todo el curso, al que haya metido más y, si aún no se ha desentrañado, en última instancia, se echaría mano «de la clasificación en los criterios del juego limpio», o sea, cómputo de tarjetas, expulsiones, etcétera.
La RFEF debe fijar el horario de la última fecha y decidir si se disputan todos los duelos a la misma vez
Si el Hércules supera al Lleida pasado mañana le deja fuera, sin opciones de ingreso en la Pro, porque ya no alcanzaría esos 38 puntos que ya tiene el Llagostera después de imponerse a La Nucía ayer con el tanto de Dubasin a los 22 minutos. En ese escenario, el equipo de Manolo Díaz se iría a los 37 y estaría obligado a ganar en el campo de hierba sintética –duro, gastado y con las dimensiones mínimas – del cuadro gerundense para ingresar en la Liga Pro y dejar atrás una temporada de pesadilla, plagada de desastres, contrariedad, decepción y dificultades.
El camino más corto... y seguro
Si el Hércules quiere estar el próximo curso en la nueva competición que ha diseñado Luis Rubiales y no caer al cuarto peldaño del fútbol nacional, lo que debe hacer es ganar los dos partidos que le restan. Esos seis puntos le meten matemáticamente en la Liga Pro sin tener que estar pendiente de lo ocurra en otros campos. Empatar con Lleida significa depender de terceros, de que La Nucía puntúe contra el Lleida a pesar de no jugarse nada
En la última jornada, aún sin horario, si el Hércules sigue con vida, volverá a ponerla en juego en el municipal del Llagostera. Lo ha visitado tres veces, perdió en dos ocasiones y ganó en una (0-1, 2017). Ese día, solo le valdrá la victoria. Seis de seis, la fórmula mágica, la única que no ofrece dudas.
