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La enésima final del Hércules este año

El conjunto blanquiazul se juega mañana en Llagostera la última oportunidad de militar en la Liga Pro y evitar el descenso a la cuarta categoría - El equipo lleva toda la temporada jugando encuentros trascendentales para su futuro

Pedro Sánchez, el miércoles, tras anotar el tercer gol del Hércules ante el Lleida. | ALEX DOMÍNGUEZ

La presión es la misma que en casi todos los encuentros que ha disputado el Hércules, pero en esta ocasión es el último. Una final sin red en el que el castigo de no ganar es el descenso a la cuarta categoría del fútbol español. Si algo tiene de bueno la trascendencia de todos los partidos que ha disputado el conjunto blanquiazul en esta segunda fase es que ya está habituado a competir con ese peso en la mochila. Los de Manolo Díaz han aprendido a luchar jugándose la vida en cada jugada con la amenaza del grave castigo en caso de fallar. Es la diferencia y la ventaja que tiene respecto al Llagostera, ya que el conjunto catalán no sabe por el momento lo que es jugar un partido convertido en final. O liga Pro o descenso a la cuarta categoría. La diferencia es abismal para una línea tan delgada entre la victoria y la derrota. El empate le sirve al Llagostera, es su gran ventaja o su gran inconveniente a la hora de plantear el partido como le pasó al Lleida y a la media se le truncaron todos los planes.

La presión del encuentro que tendrá el Hércules mañana es prácticamente la misma que tuvo el miércoles y el equipo supo manejar bien ese peso con una brillante primera parte con las ideas muy claras volcado en ataque aprovechando que el rival dio varios pasos atrás buscando la igualada. No pasó lo mismo contra el Cornellà, día en el que las piernas se encogieron pese a jugar con uno más. En esa ocasión, la derrota no tenía un castigo tan duro como sí sucede mañana.

La presión ha sido una constante en una temporada extraña marcada por el covid que ha coincidido con la reestructuración del fútbol español. El Hércules ha jugado verdaderas finales. Queda lejos el encuentro ante el Ibiza en el Rico Pérez en el que un triunfo era vital para seguir con posibilidades de jugar en el grupo bueno, de los que luchaban por el ascenso a Segunda División. Los blanquiazules no fallaron en uno de los mejores partidos de la temporada y el gol de Benja hizo justicia. Pero se falló ante el Atlético Levante y el Villarreal B y la posibilidad de hacer una temporada digna se esfumó y condenó al equipo al sufrimiento extremo.

El Hércules cambió la cara en la segunda fase y pese a perder el primer partido en Lleida fue capaz de ir solventando con éxito final tras final con la cabeza fría y un buen planteamiento de Manolo Díaz que ha tenido que ir sorteando los problemas con las lesiones. Cuatro victorias en siete partidos es el balance que presenta el Hércules antes de la cita crucial de mañana. Ni haciendo esos números ha sido capaz de asegurar una plaza en la Liga Pro, que está obligado a jugárselo todo a una carta ante un rival que solo ha perdido un partido esta temporada y fue en Copa ante el Espanyol, recién ascendido a Primera. Un escenario temible con un premio que no se debe dejar escapar bajo ningún concepto.

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