Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ANÁLISIS

Hércules CF: Muertos... o algo peor

Tres semanas después del final del curso, y a solo un mes del inicio de la pretemporada, el Hércules sufre una parálisis absoluta que arriesga desde la confección de la plantilla al obligado mantenimiento de las instalaciones

Muertos... o algo peor

El tiempo, a diferencia de la creencia general, nunca se detiene. El tiempo sencillamente se pierde, se desaprovecha, se malgasta. El estado de narcolepsia en el que anda sumido el Hércules ha dejado de estar justificado por la onda expansiva del desplome sufrido en Llagostera ¡hace 22 días! Tres semanas después del desastre, no hay constantes vitales en un club que parece haber supeditado su supervivencia a la entrada en el accionariado de un inversor que ocupe el vacío que desea dejar Juan Carlos Ramírez, que ha asumido que su tiempo en la entidad ha pasado y solo aguarda a que le digan cómo puede irse sin hacer ruido y sin provocar un daño financiero a su compañero de viaje dentro y fuera del palco.

LA MARGARITA DE FREIXA

El abogado no se decide a dar el paso de entrar en el accionariado

Dijo «dos o tres días» y va camino de una semana. Hasta que el letrado no dé una respuesta definitiva a Enrique Ortiz, el constructor no decidirá cuánto dinero destinará al proyecto 21–22. Solo poner en marcha la entidad un año entero cuesta 2 millones de euros y es irrenunciable. Ese monto no incluye el dinero dedicado a la primera plantilla. La secretaría técnica, tras analizar al resto de adversarios, tiene claro que el importe mínimo para pelear en igualdad de condiciones es de otro millón. El dueño del lujoso yate «Elena», de primeras, no está dispuesto a cargar solo con ese peso, así que o encuentra un compañero de viaje de su agrado o el director deportivo, sea quien sea, tendrá que apañarse con medio «kilo» para obrar el milagro del Amorebieta.

FINIQUITOS EN ESPERA

Hay tres futbolistas con contratos fuera de mercado

Solo la masa salarial que ocupan tres futbolistas –Yeray González, Nani y Borja Martínez, todos con contrato en vigor–, próxima a los 300.000 euros, ya se come el 60% del presupuesto que el propietario de la SAD blanquiazul parece dispuesto a desembolsar en la Segunda RFEF. El empresario está convencido de que, en la cuarta categoría del fútbol español, él no puede aportar la misma liquidez que inyectó junto a Ramírez el último curso. Tenga o no motivos para ello, lo cierto es que la Liga que comenzará a finales de agosto, se llame como se llame, será muy similar a la Segunda B de los últimos 44 años, lo único que realmente varía es el formato de competición (hay un ascenso directo para el campeón de la fase regular), y te has quitado a uno o dos pesos pesados por grupo, que vuelve a ser de 18. El resto es casi idéntico porque por detrás llegan aspirantes sin complejos que disponen hasta de planteamientos bursátiles. Tratar de ascender a la Pro con medio millón de euros es una tarea que ni el Toni Freixa más optimista es capaz de atreverse a garantizar, por más presupuesto a la baja que le quiera hacer creer a Ortiz que se puede elaborar para ahorrarle costes.

El Hércules languidece en una espera infinita. Ni negocia rescisiones, ni propone renovaciones, ni cierra contrataciones. Carmelo del Pozo, al que le queda un año más de vínculo contractual con el club del Rico Pérez si nadie se lo rescinde, sigue a la espera de que le den el visto bueno a su propuesta económica para formar un equipo que realmente pueda aspirar al ascenso en igualdad de condiciones. Falcón, que ayer firmó con el Sanluqueño para jugar en la Primera RFEF, y Benja Martínez, que tiene muy avanzada su entrada en el Intercity pese a ser una de las tres fichas más caras del Hércules, son dos ejemplos claros de que el mundo gira, que vivir paralizado por el miedo o por la abulia es morir.

UN MES PARA ARRANCAR

La Federación todavía no ha puesto fecha al inicio de la Liga

Si se respeta el plan fijado por la secretaría técnica, el nuevo proyecto debería empezar a trabajar el 15 de julio. Si Luis Rubiales no tiene otra revelación mesiánica que le incite a ponerlo todo patas arriba por el supuesto bien de la Federación, el curso balompédico 21-22 arrancará el último fin de semana de agosto, el de los días 28 y 29. Eso obliga a reaccionar, a no dejar que las hierbas de Fontcalent y el Rico Pérez se echen a perder por falta de cuidados profesionales.

La mala costumbre de ir contra el reloj casi siempre acaba mal, pero el pronóstico es aún peor cuando a la falta de liquidez le inyectas inacción. El Hércules se quedó en Llagostera, no volvió. Y cuando iba a emprender el viaje de vuelta, el alcalde Luis Barcala abrió una puerta por la que empezaron a colarse a borbotones todas las dudas generadas a golpe de fracaso en las últimas dos décadas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats