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El «cromo» del Hércules para intentar salir del pozo de la cuarta división

Toni Freixa, futbolero y exdirectivo del Barça, intenta convencer a Ortiz para emprender en Alicante un proyecto que lleva tiempo gestando

Toni Freixa abandona las dependencias del estadio Rico Pérez tras su reunión con Ortiz el pasado miércoles. | JOSE NAVARRO

A Toni Freixa (Barcelona, 1968) le gusta el fútbol. Y, si algo no se le puede negar, es que ha puesto todo de su parte para intentar vivir el deporte en primera línea de gestión, bien fuese como directivo del Barcelona, en tertulias deportivas, como tuitero sin pelos en la lengua o tratando de innovar con negocios que, dicho sea, le han dado más quebraderos de cabeza que satisfacciones.

Freixa formó parte del soplo de aire fresco que supuso la llegada a la presidencia del Barça de Joan Laporta en 2003. Un grupo de culés jóvenes, con ideas nuevas y sin ataduras con las «familias» del pasado azulgrana. ¿Les suena la historia? ¿Podría parecerse aquella situación a la del Hércules en 2021? En aquel equipo gestor, Freixa no duró mucho, ya que en 2005 dimitió por falta de afinidad con el presidente.

Curiosamente, sí pudo saborear el final de aquella etapa gloriosa azulgrana, al regresar al grupo directivo cuando Sandro Rosell alcanzó la presidencia. Aunque fue perdiendo peso en el organigrama culé, se mantuvo en el mismo hasta junio de 2015, ya con Bartomeu como sucesor forzoso de un Rosell señalado por cuestiones extradeportivas que le llevaron primero a la cárcel durante dos años y después a su absolución. El último día de Freixa en el Barça se hizo la foto con la Champions ganada en 2015. Cosas del destino, el conjunto azulgrana no ha vuelto a levantar otra.

Desde entonces y tras esa etapa como portavoz en la que ya dejó su sello particular, una verborrea directa y en muchas ocasiones sin filtro, a Freixa se le ha conocido por sus intentos frustrados de ser presidente del Barcelona en las elecciones de 2015 y 2021 y por sus dardos tuiteros, con casi 55.000 seguidores.

El «cromo» del Hércules para intentar salir del pozo de la cuarta división

El paso del tiempo relajó el tono, muchas veces provocador, del Freixa candidato a presidir el Barça. Si en 2015 ocupó el farolillo rojo de las elecciones ganadas por Bartomeu, con apenas 1.750 votos, en las de este año, con un discurso mucho más constructivo pero sin abandonar del todo su esencia de siempre, logró elevar el número de apoyos hasta casi cinco mil (4.769), aunque muy lejos tanto de Joan Laporta como de Víctor Font. Tras una campaña dura dejó la mejor imagen al concluir el proceso electoral, mostrando unión junto al otro perdedor en apoyo al nuevo presidente.

Su reconocido barcelonismo no es la única vinculación de Freixa con el fútbol. Aunque la otra forma parte más del mundo virtual que del real. Y no le ha dado las satisfacciones deseadas como emprendedor. A través de la empresa Sport Social Market desarrolló una idea de « blockchain» con cromos virtuales de jugadores de fútbol. Es decir, tratar de trasladar el modelo del «bitcoin» al tradicional cromo de futbolista de toda la vida. Movió su idea entre grandes empresas nacionales, sin éxito. Y, aunque sigue como presidente y consejero de la sociedad, ya ha tenido varios pronunciamientos judiciales en su contra (por estafa leve) y parece haber abandonado el proyecto.

Con los cromos virtuales ya en el pasado, el siguiente paso de Freixa entra en una realidad como la del Hércules que, a día de hoy, es muy dura. A nadie se le escapa que la entidad alicantina necesita de ideas innovadoras y, en muchos casos, posiblemente arriesgadas y casi rompedoras con lo más tradicional. Esa parte de todo emprendedor es la que parece cautivar a Enrique Ortiz. La otra, el dinero real y los números que cada año que pasa toman un tinte más negro que rojo, el actual máximo accionista herculano sabe que el abogado catalán no la soluciona a corto plazo. Freixa ha puesto sus «cromos» encima de la mesa. El tiempo dirá si para el Hércules tienen valor o no.

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