La próxima semana debe servir para empezar a clarificar el panorama del Hércules 2021/22 e ir cerrando algunos frentes que llevan abiertos y sin excesivas novedades prácticamente desde el partido en Llagostera que puso fin al curso y confirmó el descenso del conjunto alicantino a la cuarta división del fútbol español.
El que más urge cerrar es el que tiene que ver con la planificación del club. Enrique Ortiz y Toni Freixa tienen que terminar de deshojar la margarita, si no quieren que esta se les marchite. Las negociaciones ya se han alargado más de lo deseado e incluso de lo inicialmente anunciado por ambas partes. Del «cuestión de días» se ha pasado a semanas sin solución. Y el tiempo apremia.
Entre otras cosas porque lo que sí conocerá en breve el Hércules es la composición del grupo de Segunda RFEF en el que militará la próxima campaña. Mañana se sabrán los rivales por el ascenso.
Una vez resuelto el «enigma Ortiz-Freixa», sobre la mesa de los dirigentes herculanos se abrirán diversos frentes a tratar: la elección del nuevo entrenador (Freixa quiere a Nacho Castro), las fechas para volver al trabajo y realizar la pretemporada y el futuro de Abde, principal activo económico del club para sacar dinero en forma de traspaso. El joven jugador ya está de vacaciones tras ir con Marruecos sub-23 y espera noticias.
