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Nani firma su despido para poder jugar antes de 2022

Javier «Toro» Acuña. | JOSE NAVARRO

Rubén Molina, «Nani», cerró ayer su segunda etapa como blanquiazul. El canterano se marcha después de alcanzar un acuerdo para rescindir su contrato, el que le vinculaba con el equipo de la capital esta temporada que ahora empieza y una más a razón de 65.000 euros por cada una de ellas.

Al final, ha pesado más el aspecto deportivo que el financiero. El lateral zurdo, que ya sabía desde hace más de un mes que no contaba para el entrenador, Sergio Mora, y que su ficha estaba reservada para Javier «Toro» Acuña, en la recta final de su reincorporación al grupo, optó ayer por acudir con su representante a las oficinas del estadio para resolver su finiquito.

De no haberlo hecho, la normativa de la Federación prevé, para los profesionales que son despedidos fuera del mercado de fichajes, tener prohibido volver a jugar en otro club hasta la siguiente ventana de traspasos, que en España se abre el 1 de enero. La idea de quedarse inactivo hasta entonces ha llevado a Nani a negociar su salida, algo a lo que no había estado dispuesto hasta ayer al mediodía. El defensa alicantino había propuesto a la dirección deportiva rebajar su salario este año a condición de recuperar la cantidad desgravada en el siguiente. Para el club, ese acuerdo no suponía una rebaja real del peso salarial y no lo aceptó, al tiempo que le invitó a buscarse otro equipo porque no iba a empezar el curso en el vestuario blanquiazul.

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