El miedo al paro nos iguala a todos. La sombra del desempleo se posó en verano sobre Jesús Vázquez, «Chuli» y le recordó que el tiempo es incontenible y que, si no le pones remedio, el final de tu carrera profesional se precipita. El delantero onubense, con treinta años ya de vida, quiere creer que está en el momento y en el lugar ideal para revertir la mala dinámica de resultados, individuales y colectivos, que le han perseguido en las últimas temporadas, con descenso incluido en el Recre, su anterior destino, en su ciudad.
El atacante andaluz, que se incorporó el miércoles a los entrenamientos, se quedó sin equipo al final del mercado de fichajes, por eso, aseguró, cuando salió la opción de fichar por el Hércules, ni se lo pensó.
«Tuve alguna propuesta, pero no me convencieron. El Hércules es un club histórico y estoy muy agradecido por haber pensado en mí a última hora», asumió el futbolista, convencido de que llega al club «con mucha ilusión» y que la ilusión «lo puede todo».
Chuli, que necesitaba un cambio de aires, se ve en condiciones de debutar mañana y reconoció que la experiencia vivida en Huelva «no se la deseo a nadie» y confesó que el mal trago de perder la categoría con el equipo de tu ciudad es «una espina clavada que llevaré siempre conmigo».
El atacante de Huelva sostiene que se siente cómodo en todas las posiciones de la delantera y se mostró feliz por el reencuentro con Sergio Mora, con el que compartió vestuario en el Getafe, y ahora es su entrenador.
«Me ayudó mucho en aquel vestuario. Vemos el fútbol de forma parecida. Me conoce y me va a exigir más que a los demás y esa es la fórmula para hacer grandes cosas», desveló Chuli, quien, a pesar de las ganas de resarcirse en lo personal de los últimos años irregulares, descartó tomarse su etapa en Alicante «como una reválida personal».
«Estoy con las ganas de un niño. Con la edad que tengo (Huelva, 1991), solo pretendo hacer el camino que quiero» en el tramo final de su carrera deportiva, a la que confía le queden bastantes años todavía, deseó. El delantero onubense, en con solo tres sesiones de trabajo en Alicante, destaca el grado de «intensidad» con el que trabaja el Hércules.
